Volveremos a ser "amiguitos"

La victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de EE.UU. preveía una mejora en las relaciones bilaterales entre el país norteamericano y España. Después del idilio que mantuvieron el ex-presidente Aznar y el otrora mandatario George Bush, parece que puede volver a haber una relación estrecha con la primera potencia mundial. Eso sí, las diferencias entre las relaciones Bush-Aznar y Obama-Zapatero van a ser significativas e indicativas de que el panorama internacional es distinto. En primer lugar porque la actitud de los Estados Unidos ha cambiado al intentar llegar a consenso básicos y liderar un proyecto donde EE.UU. se haga respetar por otros medios que no sean el miedo y la amenaza. En segundo lugar, porque la figura de Obama despierta tantas simpatías que provocan un mayor interés en el resto de presidentes mundiales, por lo que no es posible una relación demasiado cercana.

Hay que reconocer que el ministerio de exteriores ha cosechado un éxito importante. En política exterior - y también interna- los gestos son primordiales y haber conseguido una reunión de 45 minutos con la gran figura mundial puede conseguir relanzar un poco al desgastado Zapatero. Normalmente, las segundas legislaturas suelen ir dedicadas a consolidar un perfil estadista ante el electorado y eso es precisamente lo que está intentando hacer nuestro presidente. El líder de los socialistas se está centrando en erigirse en el dirigente que nos sacará de la crisis. Por esta razón, intenta tomar protagonismo con su presencia en las grandes cumbres del G-20 que tienen como objetivo lo que denominan como "refundar el capitalismo".

En lo que se refiere al futuro español con EE.UU., seguramente nos topemos con una relación más fluida que la de los últimos 5 años y más respetable que las mantenidas por Aznar. Los temas sobre los que pivotarán las futuras conversaciones entre Obama y Zapatero serán las medidas a tomar ante la crisis económica global, la lucha contra el terrorismo en Afganistán, el más que probable acercamiento con Cuba y las posibles gestiones que puede llevar a cabo Moratinos en el conflicto palestino-israelí.

Si me permiten, volvemos a ser "amiguitos" de EE.UU., algo que es una gran noticia. Habrá que ver cómo se gestiona esta "nueva" amistad ya que no podemos caer en el servilismo, sino en la sincera colaboración crítica . Y es que, sólo si podemos ver los fallos de nuestros aliados llegaremos a ser un socio respetable, que es a lo que debemos aspirar como octava potencia económica mundial.