Es un alcalde medio II

Ya hablábamos anteriormente de los buenos quehaceres de Manolo, un hombre dicharachero, comprometido, populista y, para más inri, alcalde. A pesar de la gran personalidad y de la carisma del señor alcalde, hoy toca hablar de quienes le rodean, es decir, de su equipo de gobierno. Sí, hablamos de los concejales y demás 'técnicos' del consistorio. Como grupo de personas que es -hay veces que incluso esto se puede llegar a dudar- es muy heterogéneo aunque hay que destacar que se dedican en cuerpo y alma para que todo salga bien. Quien dude esto es un desalmado o un envidioso, así que quienes dicen que el concejal de urbanismo se ha hecho su chalecito a base de las comisiones que les cobra a las constructoras para darles unas licencias muy jugosas pues son, simplemente, unas malas personas.

Es verdad, retomando el tema de los concejales, que los hay más implicados y menos, más o menos conocidos y más o menos formados. Incluso los hay quienes están colocados por cualquier tipo de cuota o quienes pertenecen a una corriente del partido que tiene mucho poder. Incluso, entre ese grupo tan complicado, nos podemos encontrar al típico trepa, hombre de partido desde que tuvo edad para entrar en las juventudes, que buscará cualquier traspiés de Manolo para presentarse candidato a la alcaldía previa pérdida anterior de la misma.

Lo que son las cosas en la vida. De un día para otro uno puede pasar de ser un 'mindundi' a erigirse como concejal de cultura, por ejemplo. Sí, nos estamos refiriendo a Loli, una figura excelsa en lo que se trata de artes. A Loli nunca le ha interesado un escritor o pintor específico, pero eso da igual porque para conseguir simpatías no es necesario traer al pueblo alguna exposición de jóvenes escultores o un curso sobre la historia de los castillos de la comarca. Aquí, lo que da votos es poner un par de carteles informativos en las iglesias o convocar un concurso de carteles de fiestas. Eso sí que se hace notar en la opinión pública y no esas 'chorradas' del impresionismo. Así que olvídense de disfrutar de charlas sobre la importancia del cuarto poder en la sociedad aunque no del todo. Si por una casualidad -muy casual debe ser- se presenta una iniciativa de este estilo Loli apelará a los tópicos, a los lugares comunes: "esta exposición es una forma de potenciar la cultura" o "hablamos de una actividad muy dinámica -una palabra que le gusta mucho utilizar porque da notoriedad-".

Dejemos a Loli a un lado y pasemos a Luciano. Cincuentón y dicharachero como Manolo, Luciano sabe lo que es lo bueno. Ha conseguido colocar a su cuñado en el gabinete legal del ayuntamiento que es el que gestiona las buenas relaciones contractuales con la empresa de floristería de la hermana de Manolo, el alcalde. Luciano es el concejal de urbanismo, un área por la que siempre se interesó desde pequeño. En los cuatro años que lleva en el puesto ha conseguido modernizar el municipio a base de la construcción de casas de unas 5 alturas en un lugar donde como mucho los edificios no alcanzaban las tres. Pero eso da igual, no importa que sea un verdadero ataque al ojo. Lo que interesa es conseguir fondos para ¡que trabaje el equipo de gobierno! Las habladurías de sus vecinos de que ha conseguido con el cargo hacerse un chalet con 'hidromasaje' quedan entonces en simples tonterías. "1200 euros al mes dan para eso y mucho más, sólo que la gente no sabe administrarse bien" dice Luciano.

Pero aún queda más. Seguro que me dejo a muchos en el tintero como puede ser Fran, el concejal de deportes que intenta conseguir para el pueblo una nueva cancha de baloncesto o Ernesto el encargado de festejos que consigue coordinarse con las peñas para hacer unas buenas fiestas patronales que siguen la tradición de apropiarse los actos bajo el cuño de "organizado por el Excmo. Ayuntamiento Medio".