Pensarán que estoy pesimista, puede serlo, pero los datos y los acontecimientos no es que me quiten la razón. La guerra interestatal es de las más improbables, recordemos que el terrorismo y los conflictos interiores son los más comunes a día de hoy, pero a su vez puede ser la más mortífera. Todo esto viene a que mamá Rusia, dirigida por un gobierno que se resiste a la introducción de una verdadera democracia, ha anunciado el despliegue de estaciones de radar y lanzaderas para 10 cohetes interceptores de misiles balísticos de EE UU en Polonia y la República Checa. Esto dicen que no es nuevo, lo que sí constituye una novedad es la intención rusa de denunciar el tratado INF (Fuerzas de Alcance Intermedio).
Este acuerdo, firmado en 1987 por EEUU y la URSS, prohibía el uso de misiles de medio e intermedio alcance. A estos misiles se les conocía como euromisiles. El inicio del fin de la Guerra Fría se gestó en este tratado bilateral con el inicio de destrucción de material bélico y la promesa de no nueva construcción, algo que resulta muy propio de una apuesta por unas relaciones internacionales propias de una visión idealista.
Pues bien, todo lo que se había conseguido parece estar siendo puesto en cuestión por parte de Bush hijo y Vladimir Putin. Ya hemos dicho que no es que estemos anunciado una nueva Guerra Fría, Dios nos libre, pero Rusia lo que quiere es recuperar influencia y poder en el panorama estatal actual. El antiguo imperio "socialista" se ve inmerso en una crisis sin precedentes y qué mejor manera que la militarización para ganarse el respeto de sus socios.
Por si fuera poco, EEUU está intentando desplegar un nuevo escudo antimisiles, lo que nosotros conocimos como el programa de la guerra de las galaxias. Los movimientos así lo indican: el pasado 20 de enero, EE UU solicitó oficialmente a Polonia y la República Checa la instalación de sistemas de misiles antimisiles y radares. EE UU eligió estos países por fiabilidad y por su situación geográfica, lo más al Este posible. Praga ha aceptado sin dudarlo, Varsovia ha sido un poco más cauta. Rusia, como es normal, cree que el sistema de equilibrio mantenido tras la caida de la URSS se va al garete, máxime si tenemos en cuenta la entrada de antiguos socios del Pacto de Varsovia a la OTAN como los países bálticos.
Esto huele extraño y, aunque otras amenazas son más probables como la del terrorismo nacional e internacional, no hay que echarse a dormir en los laureles en otros temas como este. El diálogo entre potencias amigas debe salir adelante para que no se inicie una nueva carrera armamentística que trajera más problemas que soluciones. Dice un refrán que cuando el río suena es que agua lleva, quien sabe si esto será verdad.
Comentarios
Pero en todo caso lo dejo...
Miedo me da pensar en las más de 20 centrales nucleares rusas, viejísimas y obsoletas, que pueden producir 20 Chernobyles en cualquier momento.
Si fuera Sahagún te aprobaría, jejejeje
# Bernat, muchas gracias, más aún de quien viene ;)