El lunes 9 de abril Dilma Rousseff y Barack Obama se entrevistarán con el objetivo de acercar a ambas administraciones tras la celebración de la Cumbre de las Américas y el avance del proyecto de integración americana CELAC.
En los últimos años, no hay foro en el que Brasil no participe. Como potencia BRIC, quien que ya es líder regional sudamericano está ganando un gran peso en todos los organismos internacionales: desde la CELAC hasta el G-20, pasando por la OEA.
Por ello, desde la Administración Obama son conscientes de que hay que estrechar y hacer más cordiales las relaciones con Brasil, al que consideran una piedra angular para la estabilidad de la región en unos momentos en los que la incertidumbre se hace patente en países como Venezuela y Cuba. Siguiendo este pensamiento, Barack Obama ha decidido reunirse con Dilma Rousseff el nueve de abril, aunque desde la Casa Blanca no se haya calificado como una cumbre.
Son muchos los asuntos que tratarán Rousseff y Obama. Oficialmente, se ha anunciado que el motivo de la reunión pasa por restablecer la confianza en las relaciones bilaterales. Esta postura se fundamenta en los desacuerdos producidos respecto al programa nuclear iraní durante la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva. Entonces, Lula da Silva -como destacó Hechos de Hoy- se opuso a la política de sanciones defendida por EEUU y la UE, algo que generó tensiones entre Brasilia y Washington.
Ahora todo es más bien distinto. Estados Unidos ve en Dilma Rousseff un gobierno defensor de los Derechos Humanos con el que pueden coincidir en muchas cuestiones de la agenda exterior, principalmente en las económicas. Como socios en el marco global, la visita a Washington va a pivotar en torno a tres ejes fundamentales: el fortalecimiento entre los sectores privados de ambos países, la promoción activa de la innovación y la ejecución de proyectos y acciones.
Todo esto se resume en un deseo de aumentar las relaciones económicas bilaterales enfocadas en torno a las inversiones y al intercambio de recursos energéticos. En este sentido, Rousseff expondrá la necesidad de que los países desarrollados dejen a un lado las políticas proteccionistas, tal y como defendió recientemente ante la canciller, Angela Merkel.
Fortalecimiento de Brasil en América Latina
Nadie duda de la importancia adquirida por Brasil en el panorama latinoamericano y de que la reunión entre Obama y Rousseff se producirá tras una convulsa Cumbre de las Américas, que se celebrará en Cartagena de Indias. Teniendo en cuenta esta circunstancia, Rousseff buscará en Obama el apoyo y el reconocimiento tácito del liderazgo ejercido por su país en América Latina.
Los temas regionales tendrán así un gran peso en la reunión entre los dirigentes de ambos países, cuyos intereses pueden chocar. Una de las cuestiones que pueden desatar mayores tensiones es la relacionada con la CELAC, que está avanzando como proyecto interamericano propio, en contraposición al desgaste que está sufriendo la OEA. Habrá que esperar a saber cuál es la posición estadounidense ante el nacimiento de este tipo de organizaciones, aunque es probable que Obama busque la cooperación antes que una oposición que sólo le generaría quebraderos de cabeza. TAMBIÉN PUBLICADO EN 'EL INDIANO' DE 'HECHOSDEHOY.COM'
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