Rousseff, contenta con el anuncio de las FARC para poner fin a los secuestros



Expectación en Brasilia ante la operación de Hugo Chávez en Cuba y atención de Antonio Patriota, por indicación de Dilma Rousseff, a los apoyos que requiera Juan Manuel Santos para la liberación de los rehenes en poder de las FARC.

Era julio de 2010, inmersos en plenas elecciones presidenciales, cuando el candidato opositor, José Serra, criticó la supuesta sintonía del gobierno brasileño de Luiz Inácio Lula da Silva con las FARC en la medida que el antiguo presidente mantenía buenas relaciones con Hugo Chávez, dirigente que según la OEA y Colombia permitía el asentamiento de campamentos de la organización narcoterrrorista en suelo venezolano. La sospecha quedó sembrada y Dilma Rousseff tuvo que cargar con la misma en sus espaldas, algo que le ha generado tiranteces con muchos gobiernos de América Latina.

Y es que, cuando Serra afirmó que “todo el mundo conoce las vinculaciones del PT (Partido de los Trabajadores) con las FARC” lanzó un dardo envenenado al que Rousseff tuvo que responder difundiendo un comunicado en el que rechazaba el terrorismo de dicho grupo y se ofrecía al gobierno colombiano para intermediar en un hipotético proceso de diálogo. De esta manera, Rousseff supo desmarcarse de las acciones violentas de las FARC, pero sobre ella pesaba en demasía las relaciones su formación había mantenido tradicionalmente con la organización narcoterrrorista. Es cierto que en nada se parecía el actual PT con el de años atrás pero los contactos se seguían manteniendo a nivel residual. Un ejemplo de esto lo encontramos en la participación de representantes de las FARC en el Foro de São Paulo, que reúne a los principales movimientos izquierdistas del continente.

Por todo ello, el anuncio de las FARC en el que dio a conocer que abandonarán la fórmula de los secuestros como método de extorsión -como destacó Hechos de Hoy- fue recibido con gran satisfacción en Brasilia. Es cierto que aún se requieren más pasos en esta dirección y que se verifique que dicho anuncio de las FARC sea efectivo, pero Rousseff ha visto en esta decisión de las FARC una oportunidad para participar en el proceso de pacificación de Colombia y ejercer así un papel político determinante en el continente.

A su favor tiene el visto bueno tanto de Bogotá como de las FARC. Pero, aún así, la presidenta brasileña se ha mantenido cauta al respecto señalando que “Brasil no actúa en el conflicto interno colombiano si no es por solicitud explícita del gobierno de Colombia. Obviamente queremos la liberación de todos los rehenes cuanto antes, pero tenemos un respeto absoluto por la soberanía de Colombia”.

El papel mediador de Brasil en Colombia
Desde los gobiernos de Luiz Inacio Lula da Silva, Brasil se ha estado ofreciendo a Colombia para contribuir en la liberación de los secuestrados de las FARC. Participó en 2007 en la frustrada misión internacional para liberar a Clara Rojas, su hijo Emmanuel, nacido en cautiverio, y la política Consuelo González de Perdomo. Lula da Silva llegó a mantener conversaciones con el gobierno colombiano y ofreció territorio brasileño para proceder a un eventual intercambio de rehenes.

Posteriormente, en mayo de 2010, el mismo Lula da Silva ofreció asistencia logística para la liberación de dos militares y, ya con Dilma Rousseff en la presidencia, Brasil participó con dos helicópteros en el operativo con el que que puso en libertad a cinco militares y políticos secuestrados por las FARC. TAMBIÉN PUBLICADO EN 'EL INDIANO' DE 'HECHOSDEHOY.COM'

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