Una organización no estatal como Wikileaks ha conseguido poner en jaque a la diplomacia de los Estados Unidos en la última semana con la publicación 250.000 documentos secretos del Departamento de Estado. En tan sólo unos días, miles de cables enviados desde embajadas de todo el mundo han pasado de tener un carácter confidencial e informal a convertirse en auténticas evidencias de estrategias que el resto de la ciudadanía sólo podíamos suponer que existieran. Algunos ingenuos o malintencionados calificarán las filtraciones como simples "cotilleos". Nada más lejos de la realidad. La publicación de estos documentos va a tener graves consecuencias en la diplomacia norteamericana, no porque muestre importantes novedades en la estrategia exterior estadounidense, sino porque descubre sobre el tapete de las relaciones internacionales las cartas que anteriormente se habían marcado. Habrá un antes y un después, por lo que no andan desencaminados quienes definen esta serie de filtraciones como el 'Cablegate', emulando así el conocidísimo Watergate que consiguió tumbar el gobierno de Nixon.
En este proceso de publicación, tan importante está siendo la filtración de los cables secretos estadounidenses como la estrategia que Wikileaks ha urdido para que estos documentos salgan a la luz. Cinco han sido los medios de comunicación que han tenido acceso a este mare magnum de información: The New York Times, The Guardian, Der Spiegel, Le Monde y El País. ¿Por qué ha compartido protagonismo Wikileaks con todos estos periódicos? Muy sencillo, porque así se asegura que la información descubierta llegue a la opinión pública. Si no hubiera optado por esta estrategia, Wikileaks podría haber sufrido un bloqueo a través de ataques informáticos que le hubiera impedido publicar. Y es que, la importancia internacional de los medios escogidos impide cualquier bloqueo de información y asegura su difusión a escala global.
En general, el 'Cablegate' ha puesto en entredicho las buenas intenciones de Barack Obama en cuanto al desarrollo de una política exterior más dialogante y abierta porque se está descubriendo que EEUU está desarrollando una diplomacia que está mezclada con el espionaje. Es cierto que esto es de suponer pero, por primera vez, alguien está certificando que es cierto no en casos específicos, sino a gran escala. El hackerismo, entendido como un movimiento de democracia radical que aboga por la limpieza en las relaciones entre sociedad y estado, está sacando a la luz los trapos sucios de EEUU y está marcando un punto de inflexión.
Novedades diplomáticas
250.000 documentos son muchos informes que analizar y hay que ser conscientes de que la mayoría de ellos relatan las opiniones de expertos y funcionarios sobre asuntos de interés internacional. En mi opinión, entre las grandes exclusivas que hemos podido conocer en los últimos días se encuentra la supuesta estrategia de China en Corea que pasaría por el control de un país unificado. El gigante asiático optaría así por la estabilidad en la zona y acabaría con un estado tapón que no le da beneficio alguno. Además, con esta estrategia, Pekín conseguiría aumentar las relaciones comerciales con Seúl, que han aumentado en la última década, y disponer de mano de obra más barata en la región del norte de una hipotética Corea unificada. Incluso, según las fuentes norteamericanas, China estaría pensando en abandonar a Corea del Norte.
Otro de los asuntos que está ocasionando muchos problemas a Estados Unidos es Irán. En primer lugar, los países del golfo han pedido que EEUU opte por cortar la "cabeza a la serpiente" y que en caso de que Irán consiga acceder a las armas nucleares, ellos harán lo mismo. De esta manera, nos encontraríamos con una nueva región nuclearizada que se caracteriza por la presencia de regímenes autoritarios. Con ese ánimo, Irán estaría buscando uranio en Sudamérica y ayuda en Corea del Norte para disponer de un arma que borrara el Estado de Israel, aunque un posible objetivo podría estar también en Pakistán, dentro de la lógica de enfrentamientos entre chiitas y sunitas.
Siguiendo con la información filtrada por Wikileaks, podemos encontrar datos muy interesantes sobre la petición de espionaje en los organismos de la ONU, las opiniones que los funcionarios estadounidenses tienen sobre políticos como Nicolás Sarkozy, Angela Merkel, Vladimir Putin y Dmitri Medvédev o el escaso interés que los norteamericanos tienen en Georgia.
En lo que concierne a España, destaca cómo EEUU ha intentado torpedear los procesos judiciales abiertos contra intereses estadounidenses. El caso Couso o la investigación sobre los vuelos secretos de la CIA serían algunos de los procesos que EEUU intentó influir a través del Fiscal General del Estado y miembros de la Audiencia Nacional.
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