Hace tiempo que sabíamos de las dotes mediadoras de Lula da Silva en Sudamérica. El ex-dirigente brasileño ha sabido impulsar en sus años de gobierno el Mercado Común del Sur (Mercosur), presionar en la esfera internacional para que el G-20 tenga mayor grado de acción en las decisiones economicas mundiales y, lo que no es menos importante, favorecer unas buenas relaciones de vecindad con el resto de países litanoamericanos. Teniendo en cuenta esto, EEUU ha sido consciente en los últimos años de la gran importancia de Lula en la región no sólo en términos políticos, sino también en materia económica. Esta posición hegemónica en la región ha permitido, precisamente, que Brasil haya conseguido posicionarse como uno de los grandes activos de futuro en una esfera internacional que se tornará multipolar, con distintos centros de decisión.
Según ha desvelado El País, a través de los cables entregados por Wikileaks, el ex-presidente brasileño ha sido consciente de esa labor de mediación y estabilización con la región durante su mandato. Por esa razón, Lula instó a Hugo Chávez a que bajara el tono contra EEUU, paradójicamente el mayor importador de crudo venezolano. Con ese objetivo, el brasileño mandó una delegación comandada por José Dirceu, una de las figuras más importantes del entonces gobierno brasileño, en torno a abril de 2005. Pero claro, una cosa son las intenciones y otros los resultados cosechados.
A pesar de la maniobra diplomática, el dirigente venezolano siguió con su discurso antiestadounidense y el ejecutivo de Brasilia mostró que ni ellos podían calmar a Chávez. El venezolano seguía pensando que EEUU estaba detrás del golpe petrolero de 2002, que casi lo saca del poder a través de hueglas generales, y por ello no pensaba dar un paso atrás en sus ataques a EEUU. Como consecuencia del varapalo diplomático, la estrategia seguida por los norteamericanos se centró en no contestar a las provocaciones, tal y como informó la delegación estadounidense en Brasil a Dirceu.
Preocupación por Cuba, Bolivia, Colombia y ArgentinaA pesar de la maniobra diplomática, el dirigente venezolano siguió con su discurso antiestadounidense y el ejecutivo de Brasilia mostró que ni ellos podían calmar a Chávez. El venezolano seguía pensando que EEUU estaba detrás del golpe petrolero de 2002, que casi lo saca del poder a través de hueglas generales, y por ello no pensaba dar un paso atrás en sus ataques a EEUU. Como consecuencia del varapalo diplomático, la estrategia seguida por los norteamericanos se centró en no contestar a las provocaciones, tal y como informó la delegación estadounidense en Brasil a Dirceu.
La situación que viven otros países de Sudamérica también centra la atención de EEUU. En este sentido, cabe destacar el interés de Dirceu por mantener "canales de comunicación abiertos" para tratar asuntos relacionados con Cuba, Bolivia, Colombia o Argentina. De Cuba preocupa "la fuerte represión del Gobierno cubano contra los disidentes". Dirceu reconoce que el asunto de Cuba "es muy complicado para el gobierno de Lula y para él personalmente". debido que este pasó seis años de exilio en Cuba tras ser expulsado por la dictadura militar brasileña en 1969. Incluso Dirceu señala que el embajador cubano en Brasilia ha rehusado "cualquier conversación sobre el tema". Estos testimonios dan cuenta de los intentos del gobierno de Lula para mejorar las condiciones políticas en Cuba, a pesar de que no se hayan anunciado públicamente en ninguna ocasión.
Respecto a Bolivia, se afirma que "hay intereses comunes en aquel país para mantener una estabilidad política". Parece ser que el gobierno de Evo Morales no desata demasiados entusiasmos en Brasil, a pesar de que Lula ha mostrado en público cierta sintonía con el gobierno boliviano. Otros puntos que se tratan con José Dirceu están relacionados con la falta de seguridad en Colombia y con la necesidad de que Argentina se estabilice económicamente.
Respecto a Bolivia, se afirma que "hay intereses comunes en aquel país para mantener una estabilidad política". Parece ser que el gobierno de Evo Morales no desata demasiados entusiasmos en Brasil, a pesar de que Lula ha mostrado en público cierta sintonía con el gobierno boliviano. Otros puntos que se tratan con José Dirceu están relacionados con la falta de seguridad en Colombia y con la necesidad de que Argentina se estabilice económicamente.
Los cables publicados por Wikileaks pueden dar una idea aproximada de la intensa e importante labor de Brasil en la región sudamericana. Así, Brasil ha conseguido estabilizar en cierta medida su país para coger después el testigo de la estabilización en toda sudamérica. Siguiendo esta idea, el país carioca puede convertirse en un fructífero aliado estadounidense, aunque en ocasiones exprese intereses económicos enfrentados a los norteamericanos. En este sentido, la labor de Lula como mediador sudamericano ha facilitado esta posición que Dilma Roussef deberá preservar e impulsar.
PUBLICADO TAMBIÉN EN 'MIRADAS DE INTERNACIONAL'
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