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Historia de un secuestro "legal" (III): De cómo el mundo se me cayó encima.

Se abre la puerta y veo el zulo. No es una celda, es un zulo. Una bombilla ilumina una celda sin ventilación, interior, sin ventanas que adivinen la luz exterior. Sólo tengo una sábana y allí hace mucho frío. Un duro banco servirá de cama durante las siguientes horas en las que un extractor de humos martirizará mi cabeza.

Se me cae el mundo, no sé por qué estoy ahí. ¿Cómo he llegado a esa situación? Quiero hablar con alguien. Estoy en la puerta y el carcelero me dice que me quite los zapatos, no se me vaya a ocurrir hacer cualquier tontería con los cordones. Veo el zulo y sólo me dan ganas de que todo acabe antes de empezar.

Una pintada me recuerda que Kathatina, de Rusia, estuvo allí. También lo estuvo un tal Kurt Cobain el el 9 mayo de 1992. En letras grandes veo un gran V.6, que especifica el número de celda.

Van a cerrar la puerta, van a dejarme ahí dentro. No sé si aguantaré mucho manteniendo la compostura. Empieza la peor experiencia de mi vida.