Mañana hay debate en el Congreso de los Diputados. Frente a frente el presidente de gobierno y el jefe de la oposición. El primero, muy desgastado por las encuestas y por las consecuencias de la crisis económica, intentará tomar una bocanada de aire fresco que le permita alargar su mandato; el segundo, poco ilusionante entre el electorado, querrá sacar tajada para ganarse una buena posición entre la opinión pública. En medio de todo esto, estaremos los ciudadanos que nos quedaremos con cara de tontos pues, tras el debate, no se va a llegar a ningún acuerdo que posibilite cualquier mejoría.
Hace unos días, varios medios de comunicación afirmaron que el Jefe de Estado empezó a mantener conversaciones con los diferentes dirigentes políticos. Su intención era mediar entre las distintas formaciones para que se llegaran a acuerdos en materia económica. El resultado parece ser que no fue el deseado. En este sentido, muchos se han posicionado sobre estos movimientos que ha desarrollado el Rey. Algunos ven que es una interferencia en la labor política, otros creen que es un simple empujón para que se lleguen a puntos comunes. Lo cierto es que quizá se haya excedido de sus funciones pero resultaría contraproducente no intentar nada y quedarse de brazos cruzados. En estos momentos, en los que muchas familias lo están pasando muy mal, se hace necesario remar en el mismo sentido ya sea por solidaridad hacia quienes están sufriendo o por simple responsabilidad.
El caso está en que mañana no se llegarán a acuerdos. El Congreso será el escenario en el que el equipo de gobierno intentará tender la mano en materia laboral mientras que la oposición seguirá con su estrategia de desgaste, acoso y derribo. Esta es la realidad de una clase política que carece de responsabilidad y que no sabe ceder en beneficio de los ciudadanos. En nuestro entorno, Alemania nos ha demostrado que son posibles los grandes pactos para generar estabilidad social y económica, pero nosotros no somos así. En el circo ibérico se lleva más el cainismo, propio de unos hermanos egoístas que no se saben comprender. No tenemos miras de futuro y preferimos sacar un provecho raquítico a corto plazo que grandes avances a medio y largo plazo.
Aún así, todavía hay tiempo para llegar a un Pacto de Estado que sea lo más amplio posible. Hay que intentar que el PSOE y el PP estén en el mismo barco con otras formaciones presentes en el parlamento. No estoy hablando de que varios grupos políticos compartan un mismo gobierno. Eso sería de locos. De lo que se trata es de crear una estabilidad parlamentaria, que permita mejorar la imagen que damos en el exterior. A partir de ese momento, se crearía un marco en el que se propondrían soluciones y recetas para salir cuanto antes del periodo de recesión. Además, este sería el espacio para hablar de otra reforma que requiere un diálogo común: la reforma educativa.
Por responsabilidad con los ciudadanos, la clase política tiene un reto por delante con el que se demostraría que esta casta piensa en algo más que en autocomplacerse. Pero nos decepcionarán de nuevo, pues nuestros representantes no saben salir de una dinámica que les lleva a desarrollar campañas electorales 24 horas al día.
Comentarios
Uno que seguirá en su mundo de Yupi y el otro esperando que esta sociedad se hunda, aun más, en la miseria para poder alcanzar el poder.
Entretanto los memos de los votantes o posibles votantes (entre los que me incluyo) defendiendo nuestros ideales, mientras que ellos solo tienen uno.
Mañana, las portadas de los periódicos, nos demostraran hasta que nivel llega nuestra inmundicia.
Un saludo.
Saludos!!
Un saludo, amigos.