Era el año 2004 cuando un amplio sector de la ciudadanía ucraniana se echó a la calle para protestar contra lo que consideraron un fraude electoral en las elecciones presidenciales. Por aquel entonces, Viktor Yushenko comandaba un escuadrón cívico que se vertebró a través de huelgas, manifiestaciones y mítines. Enfrente estaba el oficialista y pro-ruso Viktor Yanukovich. La semilla de las protestas brotó en la Plaza de la Independencia de Kiev y pronto se extendió por diferentes ciudades del país.
En ese contexto, Yulila Tymoshenko se unió a Yanukovich y la alternancia política parecía ganar músculo. Finalmente, el 3 de diciembre de ese año 2004 el Tribunal Supremo admite que en los comicios hubo tal número de irregularidades que no se podía saber a ciencia cierta cuál era el resultado real de las elecciones. Este fue el paso definitivo para que el 26 de diciembre se celebrara una nueva llamada a las urnas en las que Yushenko gana y designa a Yulila Tymoshenko como primera ministra del país. La ‘Revolución Naranja’ había ganado.
Poco más de cinco años después... SEGUIR LEYENDO EN 'LA CUESTIÓN', POR IGNACIO RUBIO
Comentarios