Historia de un secuestro 'legal' (I)


De cómo por preguntar te pueden meter en la cárcel

Noche no tan fría en Copenhage. El mercurio marca -5ºC, pero una ligera brisa que viene de los canales me derrite los huesos. Entre los edificios se escapa algún copo de nieve que tiene la suerte de derretirse al tocar las saladas aceras de la capital danesa. Ya no hay tiempo para más, toca ir a casa tras un día de turismo y fiesta; tras una jornada de ver, oír y hablar. Por las calles deambulan algunos jóvenes que buscan el resguardo de sus capuchas y gorros. Es un día normal, sin demasiada actividad en la calle, un día demasiado tranquilo que no presagiaba lo que iba a suceder.

La compañía de unos amigos hace que el camino se haga más ameno. Vamos andando, hablamos de banalidades, de cómo la gente bailaba, hablaba o intentaba besar. Puro cotilleo. Pero de repente, en el fondo se aprecia un gran número de luces amarillas y azules. Parpadean y señalan que algo grave ha pasado. Algo ha sucedido en una ciudad demasiado tranquila. Por eso, ninguno de mis acompañantes imaginaba lo que nos íbamos a encontrar. El escenario era caótico, había mucho movimiento y se mascaba la tensión. Aún así nos dirigimos hacia esa jungla parpadeante porque hay que pasar por allí, porque no tenemos otra opción para completar nuestra ruta.

Poco a poco nos acercamos y vamos dándonos cuenta de la situación. Hay un furgón y varios coches de la policía. También hay una ambulancia y parece que en un lado hay un grupo de detenidos. Los sanitarios intentan lavar la cara a un joven que sangra por la cabeza. Ha debido ser agredido, de eso no caben dudas. La sorpresa viene en el instante siguiente y es que quienes han sido arrestados son varios amigos de mi infancia que venían de visita junto con unos conocidos. Uno está comiendo nieve ya que está boca abajo. El nerviosismo me pudre por dentro, pero no lo escenifico de cara al público. Tenía que hacer algo y precisamente por hacer ese algo fue por lo que también recibí el frío abrazo de las esposas policiales.

Pregunto a un agente qué ha pasado:
-What happened?- me atrevo a decir.
-Go to the opposite pathway!- responde un policía de complexión fuerte, que padece alopecia y que no tiene cara de buenos amigos.

Le hago caso, no vaya a ser que me buque problemas. Mientras tanto advierto a mis amigos en castellano de que mantengan la calma y que sigan las indicaciones de la Politi danesa. En esto, el mismo agente que me advertía de alejarme se acerca a mi. Quizá reciba alguna información, pero no es así. Sin mediar palabra inspecciona mis ropas con una linterna. Acto seguido soy esposado y llevado con mis amigos. Nos colocan en fila india, haciendo el "trenecito", no sea que nos escapemos. Mis acompañantes se quedan con la cara a cuadros. No entienden la situación y están bloqueados. Al mismo tiempo, ningún policía se dirige a nosotros. No dicen nada y tampoco llego a concebir qué ha pasado.

Esperamos a que nos metan en un furgón, como si fuéramos terroristas, y alcanzo a preguntar a mis amigos qué han hecho:

- No hemos hecho nada, piensan que hemos pegado al chico que sangraba- se atreve a decir uno de ellos.

No hay tiempo para más. Nos meten en un furgón policial y ni siquiera nos abrochan el cinturón de seguridad. Comienza la peor noche de mi vida y me cuesta contároslo. Me siento avergonzado a la par que estafado. Somos delincuentes y yo todavía no sé de qué se me acusa.

Comentarios

Duende Crítico ha dicho que…
El relato aquí presente no tiene por qué estar relacionado con el autor del blog. O puede que sí.
Caminante ha dicho que…
"Comienza la peor noche de mi vida y me cuesta contároslo. Me siento avergonzado a la par que estafado"

SUPONIENDO ¡ES UN SUPONER! que fueras tú, o algún conocido, ¿es un relato cierto?
¿Falta el desenlace?...
A veces nos ocurren cosas que no se nos habían pasado por la cabeza en momento alguno, es entonces cuando comprobamos, una vez más, la fragilidad a la que estamos sometidos.
¿Estás bien? ¿Se resolvión el asunto?
Quizá hayas respondido a esto en los comentarios de las entradas siguientes, que no he visto -los comentarios, que sí las entradas-

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