España ha decidido echar la carne en el asador en Afganistán y aumentar en un 50% su presencia militar. Eso es lo que se puede deducir de la última ampliación en el número de efectivos en el país asiático. Concretamente, se han destinado 511 soldados que constituyen un gesto de apoyo a la nueva estrategia que pretende desarrollar la administración Obama. Las reacciones no se han hecho esperar. El Presidente estadounidense se ha mostrado muy contento con la medida del ejecutivo, tal y como han afirmado fuentes gubernamentales al diario 'El País'. Y no es para menos. Poco a poco, Barack Obama está consiguiendo que los aliados de la OTAN destinen más recursos en un conflicto que se prevé largo y costoso y cuyo éxito pasa por la progresiva trasferencia de competencias a las mermadas autoridades afganas.
En los últimos meses, esta región asiática está tomando una importancia vital en la lucha contra lo que se denomina 'terrorismo internacional'. Las recientes ofensivas del ejercito pakistaní contra los simpatizantes de los talibanes en las regiones limítrofes con Afganistán son una muestra de ello. En este sentido, el proceso de pacificación en estas naciones está adquiriendo mayor relevancia a la par que la situación en Iraq se está estabilizando. Y es por ello, gracias a lo que EE.UU. puede centrarse en un país que cuenta con amplias regiones rebeldes.
Volvamos al tema de ampliación del número de soldados españoles en Afganistán. Cuentan las malas lenguas que en esta ocasión la decisión ha nacido del propio Rodríguez Zapatero. ¿A qué se debe? Muchos podrán pensar que a la buena sintonía que mantiene con el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Es cierto, pero también se ha dado gracias a la nueva estrategia que planteó Barack Obama el pasado 1 de diciembre. En aquella fecha, el Presidente de EE.UU. defendió en la academia de West Point el envío de 30.000 soldados más. Pero ahí no quedó todo. Los principales puntos de las nuevas pautas en Afganistán son:
¿Cuánto durará la presencia internacional en Afganistán? No se puede prever, pero parece que pinta para largo. De hecho, España ha evitado poner una fecha de repliegue. Eso sí, una cosa queda clara: son los propios iraquíes quienes deben tomar las riendas de su futuro y de sus recursos. Si no es así, se podrá decir que la misión ha fracasado.
En los últimos meses, esta región asiática está tomando una importancia vital en la lucha contra lo que se denomina 'terrorismo internacional'. Las recientes ofensivas del ejercito pakistaní contra los simpatizantes de los talibanes en las regiones limítrofes con Afganistán son una muestra de ello. En este sentido, el proceso de pacificación en estas naciones está adquiriendo mayor relevancia a la par que la situación en Iraq se está estabilizando. Y es por ello, gracias a lo que EE.UU. puede centrarse en un país que cuenta con amplias regiones rebeldes.
Volvamos al tema de ampliación del número de soldados españoles en Afganistán. Cuentan las malas lenguas que en esta ocasión la decisión ha nacido del propio Rodríguez Zapatero. ¿A qué se debe? Muchos podrán pensar que a la buena sintonía que mantiene con el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Es cierto, pero también se ha dado gracias a la nueva estrategia que planteó Barack Obama el pasado 1 de diciembre. En aquella fecha, el Presidente de EE.UU. defendió en la academia de West Point el envío de 30.000 soldados más. Pero ahí no quedó todo. Los principales puntos de las nuevas pautas en Afganistán son:
- Afganización, lo que significa, asunción de la responsabilidad de seguridad por parte de las autoridades locales.
- Voluntad de ganarse a la población y evitar víctimas civiles.
- Implicación de Pakistán en la lucha contra los grupos talibanes.
¿Cuánto durará la presencia internacional en Afganistán? No se puede prever, pero parece que pinta para largo. De hecho, España ha evitado poner una fecha de repliegue. Eso sí, una cosa queda clara: son los propios iraquíes quienes deben tomar las riendas de su futuro y de sus recursos. Si no es así, se podrá decir que la misión ha fracasado.
Comentarios
La conversación empezó porque al ver -yo- una tarjeta de esta entidad sobre el mostrador pregunté por su opinión sobre ella -llevo tiempo pensando en darme de baja, molesta por la cantidad de requerimientos de ayuda que me envían-.
Me contestó que tiene un amigo -médico de la ONG- allí destacado y... en una ocasión quiso hacer una aportación extraordinaria y se la rechazaron porque dijeron disponer de suficientes ingresos -en ese momento- ¡eso me ha dicho!
Solución a mi conflicto, que no al de los afganos, que sigo haciendo mis aportaciones ordinarias ¡totalmente ordinarias!
Más, que te copio el texto y -como sabes- es para republicarlo en mi blog en un futuro... futurible.
Besos desde Madrid: PAQUITA
Saludos.
Cambalache, Afganistán no tiene por qué ser un nuevo Vietnam. En primer lugar porque ahora hay una ayuda internancional que no hubo en el país vietnamita. En segundo lugar porque no hay una oposición o insurgencia centralizada como sí la hubo en torno al Partido Comunista de Vietnam. En tercer lugar, porque EE.UU. no puede permitirse una derrota que le haría perder posiciones en un panorama internacional multipolar. Yo creo que España debe seguir estando en Afganistán pero con reservas. Se debe exigir un proceso de cesión de compentencias y se debe trabajar en la formación de las instituciones y fuerzas de seguridad afganas.
Un saludo.
A la sensación de desidia, de desencanto... al síndrome Vietnam vaya.
Creo que la puntualización era necesaria.
Saludos.
Cambalache, puede que lleves razón. El caso está en que la opinión pública estadounidense no tiene tanto interés por Afganistán, algo que sí tuvo con Vietnam. De ahí vendría a que ese síndrome no sería tan fuerte, aunque puede aparecer, claro que sí.
Un abrazo.
Un abrazo.
Este conflicto se está alargando y se sigue cobrando víctimas. No creo que enviar más tropas lo solucione, pero imagino que ellos sabrán lo que hacen.
Saludos!!