El debate sobre la idoneidad y naturaleza del velo islámico está más que presente en la sociedad europea y, específicamente, en una comunidad estudiantil que discute a raíz de este tema sobre conceptos como libertad y religión. En este sentido, son muchos los que se aferran a la libertad de culto para defender que quienes quiera llevar este símbolo de sumisión son libres de vestirlo en los lugares públicos, al igual que puede llevarse un colgante con una cruz cristiana. Y es verdad, se puede interpretar desde ese punto de vista. Resulta lógico que cualquier persona que quiera expresar en público su adscripción a una religión pueda hacerlo, siempre y cuando no atente contra las libertades personales de otros individuos.
El problema viene cuando se estudia la naturaleza de la decisión de llevar ese velo. Si viene desde la libertad personal de la mujer, adelante. No tendría que haber ningún problema para expresar respeto por una tradición que puede resultar más o menos comprensible. Ahora bien, ¿qué pasa cuando ese gesto se convierte en una forma de opresión? ¿cómo debería actuar una sociedad que como bandera el reconocimiento de que no hay una religión oficial, una verdad suprema? ¿Debemos seguir el modelo francés? ¿Tenemos que quedarnos como estamos? No hay una respuesta única y válida. Así es como hay que entenderlo.
Estas cuestiones resultan espinosas cuando se observan determinados sucesos que tienen como raíz cierto tufillo fundamentalista. Mujer, marroquí para más señas, sin velo y embarazada. Ella ha elegido libremente no postrarse ante la tradición de cubrir su cabeza. Perfecto, es su decisión. El problema viene cuando dos individuos la ven por la calle, le pegan una paliza y, como consecuencia de los puñetazos y patadas, la mujer tiene que abortar. Posteriormente los detienen y se les acusa de un delito de lesiones. Nada más.
En un primer análisis, esta paliza representa tristemente el choque entre un islamismo más moderado y tolerante (representado por la mujer) y un islamismo de carácter autoritario y retrógrado que se vale de la violencia para imponer su verdad. Si nos encontramos ante esta situación, ¿por qué no se acusa a los agresores no sólo de un delito de agresiones, sino también de asesinato? ¿A nadie se le ha ocurrido pensar que también es un atentado contra la libertad religiosa? De hecho, este aspecto podría considerarse como un agravante.
Y yo me pregunto: ¿velo y libertad pueden ir unidos? Puede que así sea, pero resulta difícil de explicar cuando una mujer puede recibir una paliza por no llevarlo.
Comentarios
A lo que ibas... velo y libertad.
¿Las mujeres llevan el velo en el uso de Su Libertad? o, más bien, es la respuesta que se espera de ellas, de acuerdo a los patrones que le han establecido desde fuera... vamos, que lo hacen obligadas, y a las pruebas me remito. La noticia por ti mencionada es clarificadora; si Libremente Decides No llevarlo te expones a Ser Agredida, con mayor o meno intensidad. Si Decides No exponerte al Furor Dogmático quizá... optes por llevar el velo y ahorrarte la paliza.
Ante la duda y, al menos en los centros oficiales, quizá debiera imponerse una misma norma para todos los usuarios, que podría resumirse...
El que quiera hacer pública su religión... que lo haga en sus propios centros de oración.
No sé, la realidad es más compleja de lo que yo he resuelto ¿he resuelto?
Disfruta y Aprovecha la experiencia. Besos. PAQUITA
Espero qu un dia te sientes con tranquilidad ante el teclado y nos cuentes tus aventuras.
Respecto a tu entrada.....ayer lei todo lo que se publico sobre este caso que has comentado, y mi mente pasaba de la rabia al desconcierto, del racismo mas absoluto a la comprension, y aun hoy sigo sin saber muy bien que pensar.
Las declaraciones del marido, (que pasan por todos los estados,desde la venganza al silencio complice, las declaraciones de la guardia civil que se quedan en agua de borrajas, las declaraciones del abogado de los acusados, que rozan el mayor de los cinismos, y por ultimo las declaraciones de la victima, que han pasado de una denuncia por "una brutal paliza con consecuencia de aborto", a una demanda por lesiones leves).
Incomprensible de todo punto, al menos para mi.
Un abrazo amigo mio
Paquita,yo creo que la simbología religiosa por parte de un individuo en el ámbito público no debería molestar a ningún ciudadano. Otra cosa es que esa ostentación se desarrolle por parte de organismos públicos. La cuestión del velo es un tema muy espinoso. Su origen puede tener un cierto carácter de sumisión. El caso es que habrá mujeres que lo vistan libremente por factores culturales y religiosos. Lo que resulta incomprensible es que si se decide no llevarlo puedas sufrir las consecuencias en tus propias carnes. El tema es complicado, pero creo que debemos hacer notar que vivimos en una sociedad que se cohesiona a partir del respeto al resto de individuos.
Navegante, es desconcierto es total. Nadie toma una postura clara y eso resulta un problema. De hecho, aún estoy esperando alguna declaración de Aído mostrando su apoyo a una mujer que ha sufrido un ataque contra su dignidad.
Un abrazo a ambos y, de nuevo, gracias ;)
Saludos!!
Un abrazo ;)
Lo que pasa es que, en determinadas ocasiones, algunos símbolos pueden ser muestra de ese carácter fundamentalista y autoritario. Ahí es donde radica un problema que hace que me pregunte si velo y libertad pueden estar unidos.
Saludos arnedanos desde Dinamarca :)