Fósforo blanco en Gaza

De ser ciertas las acusaciones de Amnistía Internacional (AI), el Estado hebreo se encontraría con un nuevo traspiés en su lucha contra el terrorismo. Según denuncia el propio organismo las fuerzas israelíes podrían haber utilizado armas de fósforo blanco suministradas por Estados Unidos en su último ataque a Gaza. Por esta razón ha pedido el embargo de armas tanto a Israel como a Hammas. El problema no es el uso en sí de este tipo de proyectiles en un conflicto bélico sino la utilización del mismo en zonas civiles tal y como pudo ocurrir en la Franja. Hay que recordar que fue otro ejército, el estadounidense, el que empleó el mismo tipo de arma en Faluya durante la guerra de ocupación iraquí.

Resulta que esta denuncia, de ser cierta, supondría un nuevo fallo en la estrategia de lucha contra Hammas. Frente a unos terroristas que no tienen que justificar sus acciones debido a su propia naturaleza contraria al sistema de libertades, vemos que quien debería ser un referente democrático en la zona hace uso de técnicas que dejan en entredicho los propios valores de una clase política israelita que no ha sabido contener los más bajos deseos en favor de una solución real del conflicto en Oriente Próximo.

La historia del enfrentamiento árabe-israelí nos ha dejado muchos sinsabores desde los atentados suicidas hasta el desplazamiento de miles de personas, pasando por la descomunal muestra de fuerza del ejército hebreo. Son pocos los que aún defienden la proporcionalidad de los últimos ataques israelíes sobre Gaza o la prohibición de la entrada de la prensa internacional a la Franja, pero también son una minoría quienes ven en Hammas un interlocutor legítimo del pueblo palestino. Y es que, los anteriores avances en las relaciones palestino-israelíes experimentaron un gran retroceso con la victoria electoral del grupo yihadista. Es verdad que la llegada al poder podría haber amansado a la fiera pero justamente ha sucedido lo contrario. En este contexto no cabe otra cosa que ayudar a la población económicamente para que no se eduque en el odio y en el fanatismo. Porque precisamente es odio lo que se ha producido entre una juventud que ha visto como han muerto padres, hermanos e hijos, un odio que será difícil eliminar en una infancia que puede convertirse en carne yihadista.

Israel está teniendo problemas para justificarse en la esfera internacional. Es legítimo su deseo de defenderse, pero no lo es tanto cuando produce tanta destrucción y cuando pone prioridad en la violencia y no en el diálogo. Hammas no querrá hablar, estamos de acuerdo, pero eso no es indicativo para que Israel deba mantener una postura dialogante que justifique después unas medidas u otras ante la inexistencia de un interlocutor. Por eso aquí debería jugar un papel importante el nuevo ejecutivo de EEUU y los países que conforman la Unión Europea. Sólo si existe una presión internacional se podrá avanzar en la paz.

Por cierto, AI también ha denunciado el uso de armas extranjeras por parte del grupo islamista. No podíamos esperarnos otra cosa. Junto con alimentos y ropas, los fusiles y los cohetes entran en Gaza a través de los túneles clandestinos que unen el territorio palestino con Egipto, un vecino que está tan interesado como Israel en eliminar a los grupos yihadistas de la zona. Resulta curioso como lo que permite sobrevivir tiene una sintonía tan macabra con lo que puede quitar la vida.