Nueva guerra, viejas heridas


Será cosa de las vacaciones pero parece que quienes hace un tiempo salieron legítimamente a la calle para mostrarse contrarios a la guerra de Iraq están ahora dormidos o más bien desconcentrados. Eso es lo que se puede deducir del actual silencio presente frente al conflicto que se está viviendo en Osetia del Sur entre Rusia y Georgia. La playita, o en su caso la montaña, parecen funcionar como un auténtico opio que impide que los diversos partidos políticos, sindicatos y asociaciones no se hayan expresado con rotundidad, o con notoriedad, ante los hechos que se están dando y en los que podemos cualificar ya la pérdida de miles de vidas aparte de la consecuente aniquilación de varias ciudades.


Esta historia que se está viviendo no tiene buenos y malos. La complejidad del conflicto es de tal magnitud que resultaría irresponsable colocar el 'sanbenito' de la maldad a una de las partes. Algunos pretenden hacerlo, pero tampoco hay que hacerles mucho caso. Esos son los que siempre han observado la vida desde la perspectiva del blanco y negro y nunca miran los matices ya que eso les impediría defender sus postulados. Alguno pensará que me estoy colocando en unas posiciones 'prorusas', otros que mis pensamientos están más cerca de los georgianos. Nada más lejos de la realidad. Lo que realmente interesa es acabar con una violencia que está dinamitando la moral y la vida de muchos.


Aunque en el siglo XIX hay ciertas referencias militares a las zonas montañosas de Osetia del Sur pero no es hasta 1922 cuando se convierte en una auténtica identidad institucional. Es entonces el momento en el que Joseph Stalin convierte a Osetia del Sur en Región Autónoma de la República Socialista Soviética de Georgia. Nos encontramos así con el primer movimiento de creación geopolítica que viene, curiosamente, no desde los osetanos, sino desde el centralismo ruso marcado por la URSS. Y así se quedó todo hasta el desmoronamiento del 'sueño socialista', instante en el que se empieza a dar un intrépido movimiento político para determinar el status de la región.


El 10 de noviembre de 1989 el Congreso de Diputados Populares de la región proclama su conversión en República Autónoma (dentro de Georgia), una decisión que el Parlamento de Georgia declara anticonstitucional. Un año más tarde, los diputados locales proclaman la soberanía y la creación de la República de Osetia del Sur. En respuesta, el 10 de diciembre del mismo año el Parlamento de Georgia declara abolida la autonomía de Osetia del Sur. Por lo que podéis ver, desde el principio siempre hubo un choque de intereses entre el poder georgiano y el poder legislativo de Osetia, algo que hizo que estallen enfrentamientos que obligan a proclamar el estado de excepción. Consecuencia de esto, la Guardia Nacional georgiana decide entrar en Tsjinvali y enfrentarse a las milicias de defensa osetas, algo que dará lugar a una guerra de más de dos años.


Hasta aquí podríamos pensar en un encontronazo más o menos claro, pero es en este momento en el que entra un nuevo elemento que complica todo y que involucra a Rusia. En 1992 la mayoría de los habitantes de Osetia del Sur muestra su deseo de incorporarse a la Federación Rusa, algo que interesaba mucho al país eslavo ya que nos encontramos ante un territorio clave para el traslado de gas desde oriente hacia occidente. Así que, desde el norte se empieza a dar ayudas de todo tipo. Esto hace que Georgia decida de nuevo atacar la región aunque finalmente se firma un acuerdo entre Rusia y Georgia por el que se dejan a un lado las hostilidades y se posicionan fuerzas de paz. Este hecho no impide que los independentistas osetos creen unas fuerzas armadas comparables a las georgianas.


Más adelante nos encontramos con la celebración de elecciones nunca aceptadas por Georgia hasta 2006 cuando se convoca un referendo de independencia. Los resultados oficiales fueron que el 99% de los votantes lo hizo favorablemente pero Tiflis no reconoció los resultados. Finalmente, la situación actualmente creada se desencadenó con la independencia de Kosovo ya que las autoridades locales pidieron a la UE, a la CEI y a Rusia que se le reconociera su nueva situación. De esta manera se autoproclamaron soberanos aunque nunca hubiera un reconocimiento internacional. Nos encontramos así ante una nueva guerra que nace de las viejas heridas y tensiones creadas tras la caída del régimen comunista.


A día de hoy nos encontramos entonces con varios datos claros y también con varias cuestiones:


1- Georgia estaría haciendo uso de su fuerza militar en una región situada dentro de su territorio internacionalmente reconocido. Las consideraciones de si este uso es oportuno o no quedaría en otro análisis aunque, por ejemplo, para mi sea una auténtica barbaridad.


2- Lógicamente Rusia estaría atacando una región georgiana. Aparte ha bombardeado zonas que no pertenecen a Osetia del Sur, algo que certifica más este hecho.


3- Georgia no ha reconocido en ninguna ocasión la decisión tomada por los ciudadanos osetos.


4- ¿Sería legítima la independencia de Osetia del Sur teniendo en cuenta las consultas celebradas? En este parámetro, ¿constituiría la independencia de Kosovo un precedente viable al elevarse como un ejemplo aceptado por la mayoría de la comunidad internacional y creando así una costumbre, una figura muy valorada por el Derecho Internacional?


5- ¿Cuál es el papel que deben jugar tanto Rusia, como EEUU y la UE?

Comentarios

Adamantio ha dicho que…
La clave de la guerra es que por allí pasan gaseoductos y oleoductos, cuyo control Rusia no quiere perder. Además, la idea imperialista de la Gran Rusia sigue presente, y si a eso le añadimos que Putin no destaca precisamente por su caracter democrático...¡pobres georgianos!
Duende Crítico ha dicho que…
Los intereses estratégicos y económicos son la gran razón de que Rusia se haya hecho eco del rebrote independentista en Osetia del Sur y del infructuoso movimiento georgiano para "parar los pies" a las autoridades osetas. Que queden ciertas ideas de una "Gran Rusia", pues puede ser cierto más aún si tenemos en cuenta que el Cáucaso es el "patio de atrás"...

También hay que reconocer que los georgianos han mordido el anzuelo como unos tontitos.
Anónimo ha dicho que…
Jopé duende critico:

Yo que puedo opinar si de política no deseo seber nada, pues lo único que aspiro es vivir en paz cosa que ni en España lo puede uno lograr


Un saludo de Rasputín
Duende Crítico ha dicho que…
Creo Rasputín que ya somos dos. Muy pocos serán los tontos, o interesados, los que quieran que haya conflictos. Casi siempre, estos suelen ser los mismos que tienen intereses económicos...

Saludos Rasputín