Hablemos de mártires


A lo largo de la historia ha habido miles de personas que han dado su vida por defender sus creencias o convicciones personales y políticas. Sin lugar a dudas, hablamos de hombres y mujeres dignos de admiración y valientes como los que más. Nos encontramos con un valor que en nuestros días, llenos de conformismo y comodidad, podemos ver como algo lejano e incluso utópico. Los ha habido quienes han muerto por defender sus prácticas religiosas, quienes combatieron por mantener la democracia o quienes se batieron a tiros por regímenes totalitarios o autoritarios. Querámoslo o no, defendiendo sus ideales o no, a todos estos mártires hay que reconocerles esa actitud de fortaleza y por ello deben ser admirados por toda nuestra sociedad, un conjunto humano cainita, oportunista e irresponsable.


Hoy les voy a hablar de Antonio Llidó. Su historia es como la de muchos y su olvido como el de los demás. Este español llegó a Chile en 1969 y cuatro años después se negó a seguir el camino de nombres de la Iglesia oficial como el obispo Emilio Tagle, que se puso al servicio de la dictadura. Sin lugar a dudas, este enfrentamiento contra el sistema dictatorial pinochetista le puso en el punto de mira de muchos que veían con malos ojos una apertura democrática. Así que unos años después, el 24 de septiembre de 1974, fue detenido por pertenencia al Grupo Cristianos por el Socialismo. De golpe y porrazo, como les gustaba a los señoritos autoritarios, varios agentes de la DINA (la policía política de Pinochet) lo llevaron a prisión mientras paseaba por los alrededores de Santiago. Presuntamente, su arresto estaba relacionado con un grupo de personas vinculadas al MIR, entre ellas Ariel Salinas Argomedo, que fue detenido por agentes de la DINA el 25 de septiembre de ese año. Los dos pasaron a dormir sus huesos en celdas insalubres sin ser informados sus familiares y amigos. Nos encontramos así con una práctica común en muchas dictaduras: la de detenidos en paradero desconocido.


De esta manera, el padre Llidó fue trasladado al recinto de la DINA ubicado en José Domingo Cañas con República de Israel, en donde fue visto hasta mediados de octubre de ese año, fecha en que fue trasladado a Cuatro Alamos, recinto de incomunicados de Tres Alamos y que también estaba a cargo de la DINA. Desde este recinto, desapareció alrededor del 25 de octubre de 1974. Durante su cautiverio fue vejado y maltratado, sufriendo de este modo frecuentes hemorragias estomacales. A pesar de esto, su espíritu cristiano le hacía seguir adelante dedicándose a reconfortar a varios de los presos políticos que se encontraba por su camino en prisión.


En una ocasión fue auscultado por un médico de la DINA, el cual recomendó su hospitalización inmediata, recomendación que fue rechazada por el oficial Marcelo Moren Brito que seguía interesado en el desarrollo de los interrogatorios. A partir de entonces poco se sabe más; el padre Antonio Llidó Mengual fue procesado en la causa A-637 de la Fiscalía Naval de Valparaíso, junto a varias personas acusadas de ser militantes del MIR. En dicha causa, al igual que otros inculpados que fueron arrestados por la DINA y que se encuentran en calidad de detenidos-desaparecidos, fue declarado rebelde suspendiendo la tramitación de la causa hasta su presentación o aprehensión. Hoy por hoy, aún se desconoce la suerte que corrió en manos de la DINA.


Ahora es el momento de devolver parte de la memoria de las víctimas de la dictadura y es que en las próximas semanas se conocerá el fallo en el juicio por la desaparición del sacerdote español. Nueve son los militares chilenos a los que se juzga, entre ellos Manuel Contreras, quien fuera máximo reponsable de la DINA. Mientras tanto, desde la jerarquía eclesiástica nacional nada se dice de este caso. El olvido es lo peor que puede haber y es a lo que parece que están jugando algunos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Feliz Navidad, Duende.
Duende Crítico ha dicho que…
Igualmente Bibliófilo ;)
Adamantio ha dicho que…
Happy New 2008!!!
ha dicho que…
Feliz año nuevo, Duendecillo!
Butzer ha dicho que…
Otra prueba más de que toda dictadura, en este caso de derechas, trae tras de sí muerte, tortura y sangre.
Todas son condenables, pero todavía aquí en España quedan muchos que deben aprenderlo.
Feliz Año Nuevo.
Un abrazo.
El Cerrajero ha dicho que…
Todas las dictaduras son nefastas.

La Iglesia ha pedido perdón por muchas cosas, en este sentido no es justo reprocharles nada y, sin embargo, aún estamos esperando que la izquierda pida perdón por sus crímenes.

¡Felí 2008!

(así, sin Z) xD
Anónimo ha dicho que…
No mezclemos temas, el ser crítico ha de ser también ser objetivo.

Es un consejo de Curitaman.
Anónimo ha dicho que…
Que bien bailas!!
ha dicho que…
Duende: va siendo hora de actualizar esto, no?

Este blog está menos actualizado que el pensamiento político de Acebes.
Duende Crítico ha dicho que…
Espero tener tiempo dentro de nada ya que estoy hasta el cuello!! XD