Se veía venir

Había una vez una compañía chiquitita que no podía, que no podía volar. Así podría empezar una canción dedicada a la flamante compañía "Rioja Airlines", una empresa que nació de la nada para quedar en eso, en nada de nada. Y es que el proyecto empezó con grandes lagunas y muy pocas expectativas de futuro.

Apenas han sido dos meses los que ha sobrevivido la "ultramoderna" Rioja Airlines, que no Aerolíneas riojanas -en inglés está mas guay, por supuesto-, con un proyecto que resultaba irrisorio a la hora de plantear la creación de una compañía aérea en La Rioja. A quien se le ocurrió esta disparatada idea no se dio cuenta de que en nuestra querida comunidad somos cuatro gatos que no estamos dispuestos a pagar grandes sumas de dinero por ir en avión a destinos que se pueden hacer perfectamente en coche, autobús o tren. Si a esto, le sumamos que la importancia del aeropuerto de Logroño-Agoncillo es mínima en comparación con las de sus vecinos, es decir, Vitoria, Pamplona y los internacionales Bilbao, Zaragoza, nos encontramos ante el intento empresarial más vano que hemos podido observar en La Rioja en los últimos años.

Por desgracia este no es el único ejemplo de proyectos riojanos que han resultado ser un autentico despropósito y que se han llevado grandes cantidades de dinero. Hagamos memoria. En 1996, el Gobierno de La Rioja decide impulsar la creación del aeropuerto de Logroño. Es el 21 de septiembre de 1998 cuando culminan esos esfuerzos, declarándose el aeropuerto de Logroño-Agoncillo como "aeropuerto de interés general" y poniendo en marcha los proyectos necesarios para su reforma, hasta su inauguración en 2003. Pues bien, 4 años después, la gran baza electoral de nuestro presidente autonómico -no lo hace todo bien ¡eh!- sigue siendo la eterna promesa de una transformación en materia de transportes que resulta estar mal enfocada y estudiada a tenor de nuestra realidad. Desde mi humilde posición como usuario, les recomiendo que dediquen más recursos en carreteras y en dejar a un lado el costoso Altaria por los regionales de toda la vida.

Partiendo de una base cuyos pilares se tambalean, la creación de Rioja Airlines no tenía otro futuro previsible. Un viaje inaugural entre Logroño y Málaga el pasado 24 de junio trajo la ilusión para muchos que veíamos una posibilidad de futura competencia con Air Nostrum. Incluso, dentro de la campaña de imagen se ofrecía una botella de vino Rioja para promocionar nuestra región a nivel nacional. Eso sí, después de vistos los precios que alcanzaban los 140 euros por trayecto, pronto desaparecieron las esperanzas de estar conectados aéreamente con el resto de España. ¡Qué ilusos fuimos al creernos que las cuatro conexiones semanales a Sevilla, Málaga y Alicante iban a salir rentables! ¿De verdad se pensaba que esto podía salir adelante con una población de poco más de 300.000 habitantes?

Las noticias más recientes que hemos podido leer en el único diario de tirada regional son que se han cancelado los vuelos indefinidamente por problemas de gestión. Mientras tanto, ha salido a la palestra el ex-director de la empresa, Luis Miguel de Les, aludiendo que la situación actual se debe a la "nefasta gestión del equipo directivo" y a los altos costes de alquiler de las aeronaves. En esto, no se han avisado a los usuarios que iban a tomar los vuelos cancelados y se ha cerrado la sede de la compañía en la capital riojana. Algo que nació como una chapuza ha terminado de igual manera. La cultura del pelotazo, que se creía que se iba a trasladar a este sector de transportes, no ha tenido su cosecha. Dejemos estas tonterías e invirtamos en lo que realmente hace falta.