Alejados de la mano de Dios


Colombia ha sido testigo -por desgracia no es la primera ni la última vez - de la violación directa y cobarde de los Derechos Humanos. En esta ocasión, para más inri, ha sido un sacerdote el protagonista directo de las vejaciones. Escudándose en la figura que representaba en su comunidad, Fernando Piñeros Rocha -el maltratador- ha sido condenado a 46 meses de prisión por abuso sexual con un niño de 9 años. Sin lugar a dudas, nos encontramos ante una situación que, por desgracia, no es nueva dentro de la Iglesia Católica. No voy a ser tan ingenuo, irresponsable y malo como para declarar culpable a una gran institución con millones de creyentes en el mundo, pero aun así, lo único que queda claro, es que la alta jerarquía eclseiástica debe tomar medidas contundentes para que sus prelados no sigan con estos crímenes. Si de muchos cristianos de base dependiera, la excomunión sería una opción más que viable para una persona que ha obrado contra el mensaje de amor que predica la Iglesia.


Mientras tanto, la desgracia se extiende y con ella los alejados de la mano de Dios. En esta ocasión, ha sido un seismo el que ha matado a 25 personas en Puebla (Méjico). Hay que destacar que en las labores de rescate se han esforzado unos 500 soldados y miembros de Protección Civil, con lo que se muestra un respeto profundo hacia las víctimas y sus familiares. Según han informado fuentes gubernamentales, el siniestro fue causado por las intensas lluvias que sufrió la región. Sin lugar a dudas, la mala suerte ha sido la más fuerte en este suceso que casi no se ha hecho hueco entre los medios de comunicación españoles, dejando así en el olvido a esas 25 personas de las que hablábamos.


Resulta que lo negativo siempre es noticiable como marcan los clásicos manuales de periodismo. Aun así, suele suceder que, por ejemplo, la muerte de una persona suele tener mucha más trascendencia que la de cientos; eso sí, si estas últimas no se deben a un atentado terrorista. Pues bien, como la noticia anterior, el revés que ahora les voy a relatar no ha salido en los grandes titulares internacionales pero merece la pena ser narrado. En este caso hay que lamentar los al menos 25 muertos y 33 heridos que han sido el saldo negativo de una explosión en un karaoke. Es paradójico que el instante en el que estas personas gozaban de un momento cercano a la felicidad, la realidad les haya vuelto a recordar la fragilidad de nuestra naturaleza. Los motivos son desconocidos, algo que hace que los fallecidos queden más alejados de la mano de Dios.


Y por si fuera poco, la infancia vuelve a ser la atacada. Nigeria ha sido el escenario de un secuestro de una niña británica de tres años. ¿Qué culpa puede tener una criatura de esta edad para sufrir esto? La zona donde ha sido raptada es un punto caliente para este tipo de acciones. Los intereses económicos, como atestigua la presencia de yacimientos petrolíferos, son la principal causa de secuestros. Sin lugar a dudas, nos hayamos ante una muestra de la falta de ética, máxime si se hace con una niña tan pequeña. El día a día nos da a conocer que, más de lo que pensamos, hay muchas personas que por unas causas u otras están alejadas de la supuesta mano protectora de Dios.

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