En unos momentos en los que en nuestro país sólo se habla del final de la liga de fútbol y, a lo sumo, del posible entendimiento entre PP y PSOE para acabar juntos con ETA, deberíamos dirigir parte de nuestra atención a tierras palestinas donde el combate entre facciones se está recrudeciendo por minutos. Lo último ha sido el comunicado de prensa emitido por el comando de las Fuerzas de Seguridad Nacional de Abu Mazen. "¡Avancen nuestras fuerzas! Hagan frente a los buscadores del golpe de Estado. Defiendan su dignidad y su honor militar. Defiendan la seguridad de su pueblo" rezaban los seguidores de Al Fatah.
En una tierra que se ha visto plagada de guerras varias, atentados indiscriminados y oleadas de refugiados, la violencia se ha convertido en el método más usual para "intentar hacer política". Porque señores, no se equivoquen, los actuales enfrentamientos entre Al Fatah y Hamas tienen un trasfondo mucho más hondo que el simple control de la Autoridad Nacional Palestina. Lo que se conviertió en el Acuerdo de Oslo en una entidad transitoria durante un periodo de 5 años para que palestinos e israelíes negociaran el futuro de partes de Cisjordania y la Franja de Gaza, está siendo la excusa perfecta para intentar desarrollar un modelo de sociedad u otro. La cuestión se encuentra en el desarrollo de una guerra entre el laicismo y el islamismo.
Por un lado nos encontramos a Al-Fatah. Caracterizada por una visión moderada del Islam, fue uno de los grupos que nació bajo el paragüas del desarrollo de las ideas progresistas en Oriente Próximo cuando Nasser gobernaba en Egipto con la ayuda de la URSS. En la zona, es lo más parecido a una organización laica y cercana al pensamiento occidental en cuanto a la estricta separación entre Islam y Estado -de hecho está afiliada a la Internacional Socialista. Conforme a los ateriormente citados Acuerdos de Oslo de 1993, reconoce el Estado de Israel y la negociación con el mismo para que puedan coexistir los dos pueblos. Sin duda alguna, es la mejor opción entre los palestinos para quienes desean que la paz llegue a Tierra Santa.
Mientras tanto, el yihadismo más radical y antisionista viene de la mano de Hamas. La persecución, por parte de Nasser, de los Hermanos Musulmanes en Egipto hizo que no se adcribiera a un movimiento panarabe que si apoyó Al-Fatah. Muestra del conservadurismo cercano al chiismo iraní, Hamas se ha caracterizado por el no reconocimiento de Israel y por intentar conquistar lo que considera la Palestina histórica. Gracias a estos milicianos, se ha confundido al movimiento palestino con el terrorismo gracias a su radical campaña de ataques entre 1994 y 2004. Este hecho, junto con las presiones interiores de algunos sectores ortodoxos en Israel, hizo que las negociaciones entre la Autoridad Nacional Palestina y la tierra de David fueran a pique ya que Arafat temía un enfrentamiento directo con los terroristas yihadistas.
Lo que era una coctelera explosiva, al fin ha estallado por los aires. Muchos son los que están sufriendo el choque entre dos modos distintos de ver la sociedad, la labor de la religión en esta y el futuro estado palestino. El futuro no puede ser más desalentador para un pueblo y una región que ha sufrido demasiado por culpa de los sectores radicales. A pesar de que el presidente de la ANP, Abu Mazen, había exhortado este martes nuevamente a las milicias armadas a cesar de inmediato el fuego y los enfrentamientos, que desde ayer se han cobrado las vidas de 21 personas, los ataques se siguen sucediendo. Hamas está en alerta en Ramala ante posibles represarias de Al-Fatah, Gaza es una sangría y Cisjordania... ¡qué será de Cisjordania!
Comentarios
No te descubro nada nuevo si te comento que si la gente pasa como de la mie*da, con todo lo que está ocurriendo 'aquí', imagina lo que les importa lo que pase 'allí'.
Bernat, la labor de la ONU podría ayudar bastante como intermediadora, la labor de EEUU también y por supuesto la de la UE, pero el problema está en que favorece unos intereses esta situación o en que directamente no nos preocupa.
Saludos
Por lo demás, no estoy de acuerdo en tu división conceptual entre islamismo y laicismo. El laicismo es una posición totalitaria que pretende que el Estado ignore la pregunta fundamental del hombre, mientras que el islamismo sigue el Corán en su petición de una "guerra santa" violenta y la imposición de unas normas positivas contrarias a los Derechos Humanos Naturales. No son, ni mucho menos, las dos únicas opciones. Las dos opciones son totalitarias por naturaleza. Evidentemente, las dos me parecen malas; no sé cuál es peor.
Por otro lado, el laicismo que se defiende desde Al-Fatah no cierra los ojos a la realidad relgiosa, únicamente quiere que el Estado no disponga de una religión oficial y que no dependa de un determinado credo. Los que ahora luchan son, si me dejan aventurarme, las facciones que van a desarrollarse dentro de los países islámicos. Va a ser una guerra entre el islamismo más radical y el laicismo demócrata, integrador e independiente. Creo Mario que deberías tener en cuenta que hay distintas formas de ver el laicismo: como una imposición (que es la única que creo que ves) y como una forma de garantizar autonomía al estado, sin que este ataque a las religiones.
Un saludo.
Hablas de genocidio por parte de las autoridades israelíes, yo no iría tan lejos. Se han producido guerras, refugiados, ataques indiscriminados pero no para eliminar a los palestinos (que eso sería genocidio) sino para mantener su Estado y expandirlo en contra de la comunidad internacional (salvo EEUU).
Si a esto, que parece que se está arreglando ya que Israel está en un punto en el que no ha iniciado ofensivas "preventivas", le sumamos que grandes sectores del pueblo palestino se están radicalizando, nos hayamos ante un clima muy enrarecido. Si Hamas se hace con el poder de Palestina, esta se verá, en cierta medida, deslegitimada ya que estaría tomada por radicales. Hasta hora los palestinos eran un pueblo que contaba con la solidaridad mundial por ser una de las víctimas de la región. Parece que esto se puede perder.
Saludos.