Intentando recuperar terreno


El Papa Benedicto XVI ha llegado hoy a Sao Paulo, Brasil, para efectuar una visita pastoral de cinco días. Resulta que este viaje oficial es el primero que hace el Pontífice alemán a America Latina, desde que tomo el mando de la Iglesia Católica, una de las instituciones internacionales más influyentes en el planeta. No es casualidad que Benedicto XVI haya elegido la gran potencia sudamericana ya que en ella, el cristianismo romano está perdiendo adeptos de forma estrepitosa en favor de las Iglesias pentecostales y evangélicas.


"Me siento muy feliz de estar aquí", dijo el Papa Ratzinger nada más pisar suelo brasileño. Con él, como anfitrión de lujo, estaba el flamante presidente Luiz Nazario Lula Da Silva, uno de los dirigentes más hábiles y beneficiosos para la zona. De esta manera, la agenda de estos cinco días va a estar repleta de actos: inaugurará la V Conferencia del Episcopado de Latinoamérica y Caribe, canonizará al primer santo brasileño y se reunirá con miles de jóvenes en el estadio de fútbol de Pecaembú. Así pues, el Vaticano ha estudiado al dedillo un viaje que no se trata de simple y mundano turismo, sino de una maniobra para intentar parar el avance de otros cristianismos.


Hay miedo, esa es la realidad de uns Iglesia Católica que pierde puestos en el primer mundo y que por lo que se ve, no está sufriendo el avance que deseaba en las zonas menos desarrolladas. ¿Está en crisis la Santa Iglesia Católica Romana y Apostólica? Si tenemos en cuenta los números totales de creyentes y jerarquía, parece que no, pero si nos adentramos más, puede que no esté en su máximo auge. Pongamos un ejemplo como es España: el número de sacerdotes y reliogiosos disminuye, los feligreses que asisten los domingos al santo evangelio son cada vez menos y, para colmo, cada día tiene menos poder de influencia en una sociedad como la nuestra en la que hay un sistema que separa Iglesia-Estado.


No crean que digo todo esto porque es lo primero que se me ha venido a la cabeza. El propio Pontifice así lo ha expresado: "El futuro de la Iglesia Católica se decide en Brasil". No ha elegido estas palabras por casualidad, sino que han sido escogidas con sumo cuidado para seguir la línea de recuperación de fieles. Ratzinger ha reflexionado sobre el "éxito" de las sectas que, según él, demuestran que existe una fuerte sed de Dios y que la iglesia católica tiene que buscar esos nuevos caminos, junto con los fieles, para encontrar unas condiciones de vida justas. Leen bien, ha dicho "nuevos caminos". Parece que este Papa no era tan inmovilista como pensábamos, aunque, eso sí, no nos dejemos llevar a engaño.


Esperemos que este viaje sirva para algo más. Benedicto XVI tiene la posibilidad de ver y estudiar de primera mano la lacra de la pobreza que intentan erradicar la Iglesia y el gobierno brasileño. La lucha contra la pobreza debería ser prioritaria para la Iglesia latinoamericana ya que afecta a la educación, la salud, la vivienda y el desarrollo integral de la persona. En este camino, sería interesante intentar extender la gran propuesta del presidente Lula sobre la revolución en las favelas. Esto es, sobre los grandes proyectos anunciados y presupuestados por el presidente brasileño entre los que destaca el saneamiento de las favelas y la contrucción de unos ocho millones de viviendas. Anhelemos pues, que tanto la Iglesia como el Estado Brasileño sepan compartir ideas y conocimientos para ayudar a los ciudadanos.

Comentarios

Manuel ha dicho que…
Hay que dar gracias a Dios por habernos dado este Papa.
Benedicto XVI es uno de los intelectuales más importantes del siglo XX.

Tarea difícil la de frenar la crisis de la Iglesia católica en el mundo.
Los responsables de la Iglesia han de mantenerse fieles al mensaje de Jesús, el Evangelio, pero los creyente no debemos olvidar que nosotros, como católicos, también somos Iglesia. El futuro también está en nuestras manos.

Un saludo.
Duende Crítico ha dicho que…
Noega, para arreglar la crisis, quizá habría que preguntarse qué es lo que ha llevado a ella.