Un hombre de oro

En nuestro país hay muchos analfabetos que se han hecho su sitio a base de dinero: especuladores, constructores, traficantes de drogas... Uno de estos últimos es el protagonista de estas líneas. Se llama Marcos R. I., de 32 años, y decidió empezar a repartir folletos por el barrio de Sant Roc de Badalona para aumentar las ventas. No le hizo falta hacer un estudio de mercado, ni observar cuál era la aceptación del producto en la calle. Marcos, todo convencido de él mismo, se lanzó a la piscina con su caligrafía infantil en un brazo y las patadas al diccionario en el otro. No se trata de una broma, pero eso fue lo que se les pasó por la cabeza al principio a los Mossos d'Escuadra, que pensaban que se trataba de una parodia. "España es lo que tiene, que todos somos unos cachondos" debieron imaginar los policías, que tardaron semanas en apresar al camello, a pesar de que en los folletos se señalaba dónde vivía y cuál era su nombre. Cosas de estas sólo suceden en nuestro país y hoy Cataluña ha demostrado que es parte de él.

A continuación les muestro uno de los ejemplares:

Traducción:

"Costo (hachís) del bueno.

Vendo costo de buena calidad a chavales enrrollados (de buen tratar). Por favor, abstenerse menores (menos mal que se preocupa de la salud de nuestra juventud).

Esperad al lado de la ventana de detrás de mi casa (¡qué confiado el buen hombre!) y en los bancos de sentarse (habría unos bancos públicos próximos a esa ventana, eso es lo que se deduce).

No llamen la atención (no sea que le pille la policía) o sino, no vendo nada (buena advertencia).

Podéis silvarme (buen método de comunicación como el usado en La Gomera) y salgo por la ventana (la que está cerca de los bancos). Me llamo Marcos.

Una barrita (del costo "gueno") vale 20 euros, está bueno.

A continuación los planos (por si te pierdes)."

"Es una persona analfabeta; no es que simule que no sabe escribir, es que no sabe escribir", ha explicado un portavoz de policial. Las direcciones de correo electrónico, los números de teléfono o las claves secretas para contactar no han llegado a conocimiento de Marcos. Como indica en el folleto, la venta se hacía en persona tal y como pudo constatar posteriormente la policía. Sea por efecto de la publicidad o no, el caso es que los agentes comprobaron 12 transacciones, en una tarde, que suponen un total unos 240 euros.