Al fin, acuerdo

En medio de la tempestad se atisban rayos de Sol, aunque resulten un tanto lejanos y cercanos a la vez. Cuando uno cree que las olas va a derribar la razón observando como determinadas decisiones judiciales atentan contra el futuro del Estado de Derecho, hay noticias que dan esperanzas y hacen confiar un poco más en los dirigentes políticos. El acuerdo firmado hoy por Corea del Norte es un ejemplo más que claro de esto.

El régimen más hermético de todo el panorama mundial, ese que se ha servido del desarrollo de armas nucleares para mantener su independencia y soberanía en el contexto internacional, ha aceptado una propuesta china para desmantelar su armamento diabólico. En un marco de conversaciones a seis bandas, el Gobierno de Pyongyang ha aceptado clausurar el reactor de Yongbyon, una de las bases de su programa nuclear. A cambio, el régimen "comunista" recibirá ayuda energética y económica siempre y cuando permita el regreso de los inspectores internacionales.

Corea del Norte ha conseguido así dos objetivos claros. En primer lugar ha logrado un respiro para su maltrecha economía con la inyección energética de 50.000 toneladas de petróleo pesado que se ampliarán a 950.000 toneladas cuando selle el reactor. El régimen estalinista ha conseguido así perpetuarse en el poder unos cuantos años más al no dejar margen para que se produzca una catástrofe económica que haría levantar, intevitablemente, a las masas del estado asiático. El otro logro obtenido es conseguir hacerse un hueco en la sociedad internacional. Quedarán a un lado el acoso del Consejo y de la Asamblea de la ONU mientras que EEUU ha anunciado que "iniciará el proceso para eliminar la calificación de Corea del Norte como un Estado patrocinador del terrorismo y avanzará el proceso para finalizar la solicitud del Acta de Comercio con el Enemigo respecto a Corea del Norte". Todo son así buenas noticias para los norcoreanos progubernamentales.

Este acuerdo, alcanzado tras largas horas de diálogo, es la mayor muestra de una concepción idealista de la sociedad internacional. Frente aquellos a los que anteponen los intereses nacionales a los internacionales y no dudan en iniciar unilateralmente acciones que les beneficien, hoy han salido a relucir los defensores de la palabra. Aun así, no todo es color de rosa y, aunque hayamos conseguido una estabilidad más que necesaria, esta medida disuasoria ha creado un precedente para que ahora otras potencias se dediquen a la extorsión bélica a cambio de ayudas económicas para mantener en pie sus regímenes.

Toda moneda tiene su cara y su cruz. Hay ocasiones en las que no se sabe qué parte es la óptima, pero de lo que tenemos que estar seguros es de que es mejor poder conservar la moneda antes de que vuele por los aires.