Ya era hora

Una casa del pueblo del PSE atacada.
Así, es. Ya era hora de que se atacara de verdad al entramado social de ETA. No hablamos de persecución de ideas, en este caso independentistas, sino de ataque a quienes defienden la violencia para sacar adelante sus deseos desfasados. Aquellos que se vanagloriaban de que querían hacer política, son los mismos que dan chivatazos para que asesinen a un concejal con la valiente técnica del coche bomba o el disparo por la nuca donde la víctima no puede verte los ojos de verdugo.

La setencia contra Jarrai, Haika y Segi se hacía así más que necesaria con la vuelta de los ataques de ETA, esa organización que se autodenomina como "vanguardia de clase" y demás memeces pseudocomunistas. Ahora, más que nunca, era el momento de desactivar las redes de fascistas que se dedican a quemar cajeros, pintar casas del pueblo, o tirar cócteles molotov contra la vivienda o negocio de algún "españolista". Son ellos los que ponen tensión en el País Vasco y Navarra creyendo que así se van a convertir en más "patriotas".

Como consecuencia de esta decisión del Tribunal Supremo, la violencia está subiendo como la espuma. No debemos extrañarnos de esto ya que fue lo mismo que sucedió en esos días de ilegalización y cierre de sedes de Batasuna, los cachorros de los seguidores de Sabino Arana en su máximo. Sin irnos muy lejos, este fin de semana se han producido más de una docena de ataques, el último de ellos se produjo a última hora del domingo cuando unos 20 jóvenes entraron a cara descubierta en la casa del pueblo Mario Onaindia de Bilbao con gritos de "PSOE fascista". Mientras, lanzaban octavillas que justifican su mentira.

Tenía ganas de ver esconderse a aquellos que se han dedicado toda la vida a inquietar a aquellos que no pensaban como ellos. Hablamos de esos jóvenes terroristas que consiguen que muchos vascos tengan que irse de su tierra o que deban llevar escolta 24 horas. La lucha contra los intolerantes debe mostrarse implacable porque son ellos los que han convertido del País Vasco y Navarra lugares menos seguros para vivir.

Basta ya de escudarse en la persecución a un pueblo que dicen que les apoya. Los que ahora están sufriendo la persecución son asesinos, son violentos y, por tanto, deben estar metidos en la cárcel. Ya era hora de que se atacara a los"revolucionarios" de pacotilla que después de quemar un cajero van a dormir plácidamente a su cama. Ya vale de tanta "nación" que coharta las libertades de los demás. Debemos estar felices porque al fin se va a hacer justicia.

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