¿Qué será de la ONU?


El pasado año ha sido una demostración más de violaciones de los derechos humanos por parte de todos los agentes posibles ya sean estados, grupos terroristas e incluso, por sorpresa, los cascos azules de las Naciones Unidas. Un organismo como la ONU ha hecho florecer la más absoluta vergüenza en todos aquellos que creen en ella como una institución mediadora de paz, igualdad y justicia.



La investigación de 319 soldados por abusos sexuales en misiones de paz lo corrobora. De esta manera, la depuración es más que necesaria en la ONU, una renovación que debe liderar el electo secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon. El ex ministro de Exteriores surcoreano se encuentra así ante una reforma que tiene muchos y grandes retos como es la de limpiar la cara al organismo o devolverle el liderato en la administración de las relaciones internacionales, que se encargó de machacar la administración Bush junto con sus aliados en esa impopular guerra de Iraq. Quizá haya que esperar a que Blair y Bush acaben sus mandatos para que la ONU recobre su importancia por encima de políticas unilaterales.

Pues bien, hace unos pocos días se reunió el nuevo secretario general con el presidente estadounidense, George Bush. Tras su encuentro en la Casa Blanca, el sucesor de Kofi Annan ha expresado la necesidad de que Washington dé su "fuerte participación y apoyo" a Naciones Unidas para frenar las crisis y conflictos en el mundo.

Entre los objetivos prioritarios del ex-ministro de exteriores surcoreano se encuentra limpiar la cara de la institución máxima aparte de los objetivos inherentes a la ONU: erradicación de la pobreza, potenciación de la educación, desarrollo de las democracias... sin dejar de un lado Oriente Próximo, los conflictos nucleares con Irán y Corea del Norte.

Por su parte, Bush mostró su confianza en el sucesor de Annan. "Admiro la manera en que llevaste tu anterior trabajo [como ministro de Exteriores surcoreano] y confío en que harás un buen trabajo", señaló el presidente en el Despacho Oval. Esperemos que así sea, los dasafíos son unos cuantos.

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