Un nuevo mártir en marcha

Bagdad, capital iraquí. La horca ya está preparada en el interior de la "zona verde" para ejecutar su macabro oficio. Esto es lo que ha anunciado en exclusiva el diario árabe 'Al Hayat' citando a fuentes gubernamentales. Las autoridades declararán el toque de queda en Bagdad y en otras provincias de Iraq antes de aplicar la sentencia, en previsión de posibles atentados aclara el mismo rotativo.

Paso a paso, el Alto Tribunal Penal está creando un nuevo mártir para aquellos que se basan en la violencia y el sectarismo para imponer sus ideales. El mismo ex-dictador ha advertido que morirá como un "mártir" y eso es lo que deberíamos temer todos. Resulta que los criminales siempre se sirven de los actos ajenos para proclamar su grandeza y Sadam no va a ser menos. Hitler accedió al poder en un periodo en el que Alemania sufría una injusta postguerra, Franco se sirvió de la inestabilidad política para levantarse contra las instituciones y así todos los dictadores habidos y por haber.

Tras una guerra ilegal, la justicia se hizo cargo de condenar a Hussein. Esa ocupación liderada por EEUU es la mejor cohartada que pueden aprovechar los oportunistas para justificar la labor de personas que han gobernado contra su pueblo gaseando kurdos o tiroteando a disidentes. Si a esto le sumamos una muerte decretada por instituciones nacidas después de la entrada de tropas extranjeras, encontramos el caldo de cultivo perfecto para la elevación de un nuevo mártir.

Todo esto viene dado a partir de una mala planificación de enjuiciamiento de Sadam Hussein. El hecho de que se le juzgue en su propio país es una buena idea, pero el contexto no es el idóneo. Así pues, lo mejor hubiera sido un juicio en el Tribunal Internacional de La Haya. Un lugar dedicado exclusivamente a tratar a dictadores, un espacio modelo para la comunidad internacional. Aparte de esto, la condena no es la más correcta por varias razones. La primera es que ayuda a la creación de un nuevo mito para los integristas cegados por la religión y la segunda es que no es lo más justo para sus víctimas. Aquellos que sufrieron las prácticas de este asesino derrochador no se merecen una muerte rápida, sino que deberían sentir que la verdadera justicia se lleva a cabo viendo cómo paga por sus pecados con una cadena perpetua.

Sintiéndolo mucho, la violencia sobre Iraq persiste y parece que aumentará gracias a la labor de los seguidores del ex-presidente. Este tinglado parece que se está yendo de las manos y no hallan la forma de reconducir la situación. La justicia no es perfecta, esa es la realidad.