Como es habitual todos los años, Juan Carlos I, ese rey tan bonachón con sus puntos negros, pronunció su mensaje de Navidad a todos los españoles. En un ambiente un tanto crispado, la Casa Real destacó su deseo de consenso para atajar el gran problema de nuestro país: el terrorismo. Las reacciones varias de las fuerzas políticas y sociales no han tardado en aparecer. Ante un discurso un tanto vacío y ambiguo, las respuestas del espectro político han sido variadas y analizadas desde distintos parámetros. Por un lado, el PSOE cree que es un apoyo inequívoco a su labor en el ejecutivo, por el otro, los populares ven un respaldo a su fuerte rechazo a la labor socialista. Resulta además que la AVT ve en este comunicado una justificación a su rechazo al diálogo con los asesinos. De este modo, todos están contentos.
Ante esto, ahora nos encontramos con la correspondiente defensa aférrima del discurso que, curiosamente, responde a los postulados de todos los partidos y colectivos. Este hecho, consecuencia de un mensaje que intenta ser demasiado correcto, hace que todos vayan de la mano. Lo políticamente correcto atacado por muchos, se muestra implacable en esta aburrida tradición navideña.
La función mediadora de la monarquía cae estrepitosamente con esta clase de gestos. Su intento de ser imparcial hace que acabe, año tras año, en esta clase de despropósitos que equivocan a la población. Muchas veces en la vida hay que mostrarse claro y abordar los temas relevantes de manera valiente aunque no guste a uno u otros. Esta ocasión es una de esas, pero parece que nuestra Casa Real no se ha dado cuenta.
Mientras nos encontremos con una monarquía cobarde, muchos no van confiar en ella. Aunque tengan otras razones de peso democrático, muchos ciudadanos ven en esta institución "divina" un grupúculo privilegiado que intenta quedar bien con todos para perpetuar su posición. Esta marcha conjunta de la mano de todos los partidos, es una muestra de ello. Señores, nos hallamos ante un vestigio medieval que no sabe qué hacer para mantenerse. Su plan parece ser el de ganarse la confianza de todos sin ejercer su labor que otros podrían hacer mejor.
Comentarios
Así que mejor que siga con sus discursos vacíos, tan vacíos como él mismo.
Vamos que por mucho que deba ser imparcial, debe tener clara su posición en algunos puntos importantes.
En lo que no se legitime esta corona,tendra que seguir con estos discursos vacios,que no gustan ni a unos ni a otros.
:D