Seguimos con las mismas

Las reflexiones políticas nos dirigen de nuevo a Chile. La muerte del ex-dictador, Augusto Pinochet, está trayendo mucha cola con un multitudinario velatorio en la Escuela Militar, manifestaciones tanto de simpatizantes como de detractores del ex-presidente, cobardes agresiones a la libertad de prensa e información y ahora un ensalzamiento de la dictadura en el funeral.

La celebración religiosa de despedida de Pinochet fue un claro exponente de defensa del ultranacionalismo intolerante. Despedido con honores castrenses, el entierro del ex-dictador sirvió como lugar de expresión para aquellos que apoyaron el golpe militar. De este modo, el general Pinochet Molina alabó la "labor" de su abuelo afirmando que derrotó "el modelo marxista, que pretendía imponer su modelo totalitario", en clara alusión al gobierno democrático presidido por Salvador Allende. "Y lo hizo no mediante el voto, sino más bien derechamente por el medio armado" añadió el personaje.

No todo acabó ahí, la hija mayor del anterior mandatario tuvó también sus lindezas ya que,según ella, su padre "defendió la libertad" al "derrocar a un gobierno marxista en plena Guerra Fría". Habla de libertad cuando, en esos momentos, algunas dictaduras de carácter derechista estaban de capa caída en un claro proceso de democratización (España y Portugal). El cono sur, fue en este aspecto a "contracorriente" de la lógica que se estaba desarrollando en el "bloque occidental" por lo que este argumento resulta falaz.

Por otro lado, cabe destacar la presencia de la Ministra de Defensa, Vivianne Blanlot. Resulta inaudito que una ministra democrática haya asistido al acto de despedida de un asesino que luchó, claramente, contra lo que ella representa. He ahí la muestra de blindajes que aún tiene el ejército en un sistema democrático que no es pleno.

Las reacciones a esta glorificación de la dictadura no han tardado en llegar. En un claro ejemplo de actitud democrática, el jefe del Ejército chileno, el general Óscar Izurieta, ha denunciado que estas declaraciones deben ser sancionadas ya que esas palabras "no representan en nada el sentir del Ejército ni de sus integrantes". No sabemos si esto no es cierto, pero el gesto es más que considerable.

Esta exhaltación muestra que los simpatizantes de Pinochet están haciendo el mayor ridículo posible ante la galería mundial. En una época en la que la defensa de la democracia es un hecho demostrable en muchísmos países, suena anacrónico la defensa de un régimen de corte fascista que utilizó el contexto de la Guerra Fría para sobrevivir. Seguimos con las mismas por los de siempre.