Adrian Delgado León/ Esta tarde, tras leer la opinión de Manuel Siñeriz, pensaba rebatir políticamente muchas cuestiones que atañen a ese laicismo al que el se refiere, no sin cierta perspectiva. Pero no he terminado de comprender esa manía de llevar las cosas al terreno de uno, de tratar la Navidad como si solamente la vivieran los católicos (los que de verdad lo son, aparte de por el apelativo).
Hace tres años, por estas mismas fechas escribía algo parecido a esto, para una representación del “Auto de los Reyes Magos” en la parroquia de la Virgen de Europa en Madrid.
“Irak hace unos meses... Miles de niños vagan por un desierto de escombros. Las ruinas aun humeantes desprenden un cierto tufo a pólvora. En otra parte del mundo un niño de seis años coge por primera vez una ametralladora, esta siendo instruido para ser todo un soldado. En otro lugar una madre llora cuando su hijo le pide pan. Y aquí en este momento es Navidad.
La Navidad no es si no la fiesta de la ilusión, la fiesta de los niños. ¿Pero de que niños? La fiesta de aquellos niños que por suerte viven en una sociedad en calma, en un territorio donde no se oyen disparos y donde el aire no va cargado de pólvora y miedo, en un lugar como el nuestro. Si observamos a nuestros niños estos días, si miramos sus caras, la navidad es pura felicidad, expectación por todo. La Navidad es su fiesta
Pero todo no están bonito como se pinta, la navidad no llega a todos por igual. La ilusión no se reparte por el mundo. Los niños que no disfrutan de la Navidad no se sienten más tristes en esta época por ello. Les es indiferente. Algunos de ellos nunca la han conocido y es posible que no la conozcan jamás. Su lucha es otra. Luchan por la supervivencia, luchan por el pan de cada día, luchan por arrancar una sonrisa y una caricia de sus madres. Luchan por que sus padres vuelvan a bromear como lo hacían antes de la guerra. Luchan por un futuro diferente en el que las únicas armas sean la mente y la voz. Luchan por una explicación de este mundo tan cargado de injusticias.... luchan y mientras luchan todos ellos aunque en puntos distintos y distantes, caminan juntos por una senda en la se hallan perdidos, confían en encontrar pronto la salida. Sus ánimos no decaen, tienen aun la esperanza de saber algún día que es la Navidad, tienen la esperanza de descubrir la ilusión.
Por lo tanto, esta nuestra pequeña celebración, queremos que sea un pequeño paso en su camino. Esta celebración va dedicada a todos estos niños que no comprenden, al igual que nosotros, por que les ha tocado vivir esta realidad. Seguid andando no os paréis.”
Al terminar de leer este pequeño escrito, sin salir de mi asombro el primero en aplaudir fue un cura de aspecto clásico, (no de esos que, con desprecio, los siervos del Señor llaman curas rojos). Le entusiasmó tanto la idea de “caminar juntos”, que llegó a compararlo con la cristiana idea de comunión entre los prójimos. Eso es la Navidad.
Hace tres años, por estas mismas fechas escribía algo parecido a esto, para una representación del “Auto de los Reyes Magos” en la parroquia de la Virgen de Europa en Madrid.
“Irak hace unos meses... Miles de niños vagan por un desierto de escombros. Las ruinas aun humeantes desprenden un cierto tufo a pólvora. En otra parte del mundo un niño de seis años coge por primera vez una ametralladora, esta siendo instruido para ser todo un soldado. En otro lugar una madre llora cuando su hijo le pide pan. Y aquí en este momento es Navidad.
La Navidad no es si no la fiesta de la ilusión, la fiesta de los niños. ¿Pero de que niños? La fiesta de aquellos niños que por suerte viven en una sociedad en calma, en un territorio donde no se oyen disparos y donde el aire no va cargado de pólvora y miedo, en un lugar como el nuestro. Si observamos a nuestros niños estos días, si miramos sus caras, la navidad es pura felicidad, expectación por todo. La Navidad es su fiesta
Pero todo no están bonito como se pinta, la navidad no llega a todos por igual. La ilusión no se reparte por el mundo. Los niños que no disfrutan de la Navidad no se sienten más tristes en esta época por ello. Les es indiferente. Algunos de ellos nunca la han conocido y es posible que no la conozcan jamás. Su lucha es otra. Luchan por la supervivencia, luchan por el pan de cada día, luchan por arrancar una sonrisa y una caricia de sus madres. Luchan por que sus padres vuelvan a bromear como lo hacían antes de la guerra. Luchan por un futuro diferente en el que las únicas armas sean la mente y la voz. Luchan por una explicación de este mundo tan cargado de injusticias.... luchan y mientras luchan todos ellos aunque en puntos distintos y distantes, caminan juntos por una senda en la se hallan perdidos, confían en encontrar pronto la salida. Sus ánimos no decaen, tienen aun la esperanza de saber algún día que es la Navidad, tienen la esperanza de descubrir la ilusión.
Por lo tanto, esta nuestra pequeña celebración, queremos que sea un pequeño paso en su camino. Esta celebración va dedicada a todos estos niños que no comprenden, al igual que nosotros, por que les ha tocado vivir esta realidad. Seguid andando no os paréis.”
Al terminar de leer este pequeño escrito, sin salir de mi asombro el primero en aplaudir fue un cura de aspecto clásico, (no de esos que, con desprecio, los siervos del Señor llaman curas rojos). Le entusiasmó tanto la idea de “caminar juntos”, que llegó a compararlo con la cristiana idea de comunión entre los prójimos. Eso es la Navidad.
"El laicismo, a mi manera de entender las cosas, no es un ataque contra el catolicismo. Es partir de un precepto político como es la separación iglesia-estado. Lo cual no significa, como la Iglesia Católica pretende hacer saber a sus fieles rebaños, que sus costumbres, cultos e idiosincrasia van a desaparecer. Nadie se imagina una Semana Santa en Sevilla sin sus procesiones o un Toledo sin su Corpus."
Un icono del laicismo, Jean Paul Sastre, escribió en un campo de concentración nazi, en el Stalag-45, algo que sobrepasa el sentimiento católico de la Navidad. Tuve el honor de representar a “Barioná, el hijo del trueno”, una obra de teatro esperanzadora, concebida para la Misa de gallo de unas navidades nazis de mediados del siglo veinte. Una obra en la que el ateo de los ateos, recoge como nadie el significado del 25 de diciembre. Qué es la navidad.
Pero no quiero desviarme demasiado. El laicismo, a mi manera de entender las cosas, no es un ataque contra el catolicismo. Es partir de un precepto político como es la separación iglesia-estado. Lo cual no significa, como la Iglesia Católica pretende hacer saber a sus fieles rebaños, que sus costumbres, cultos e idiosincrasia van a desaparecer. Nadie se imagina una Semana Santa en Sevilla sin sus procesiones o un Toledo sin su Corpus.
Que los colegios públicos suspendan sus actos navideños, no termina de ser curioso. En esa misma línea la cultura pierde, no por la vía de los valores religiosos, sino por la de los humanos.
El laicismo militante, sólo da miedo a la Iglesia por un único factor, (y no es muy cristiano precisamente) el famoso presupuesto. Algo que al feligrés de a pie afecta poco.
El verbo escarnecido de una derecha que ve pisadas muchas de las cosas que no creerían ver cambiadas jamás, sólo alimenta por otro lado un exacerbado aliento de quienes desde la izquierda pretenden acabar con formulismos totalitarios, con ideas anquilosadas en el pasado que no se actualizan ante las nuevas circunstancias.
¿Es posible una Navidad (católica para el que quiera, judía o incluso atea) en un estado laico? Sin duda alguna sí.
Feliz Navidad.
A.D.L.
Comentarios
Afortunadamente hay personas como tu que nos dan un pallizco y nos dicen,¡¡chss,que no sois el centro del universo!!!.
Gracias por este articulo tan "navideño",y feliz navidad.
No se puede negar que somos una sociedad inmadura, aún hay generaciones vivas de vencedores y vencidos, y mientras esto sea así, no es posible romper con el pasado y crear algo nuevo, algo mejor, pero sin dejar de lado la tradición, esa palabra extraña que muchos sitúan a la derecha pero que es tan necesaria como el comer, el beber y el dormir.
Así creo que una sociedad laica española no es posible, por el momento, pero lo será dentro de unos años, cuando las bodas no dejen de serlo porque no sean por la Iglesia y Dios mediante y el cura del pueblo deje de ser una autoridad.
Pese a todo, Feliz Navidad a todos, otro invento de El Corte Inglés, pero que nos hace sentirnos un poco mejores
Amigo,me aburrooooo, esto de estar de descanso da mono de ordenador.
Solo te pongo estas letras para desearte una feliz noche buena y una mejor navidad,y logicamente a todos los que lean este blog les mando el mismo deseo.
Un saludo y felices fiestas