La historia de las mujeres maltratadas, vejadas y finalmente asesinadas no es algo nuevo. Por desgracia se repite semana tras semanas a pesar de leyes, aumento de los medios policiales o bonitas palabras de quienes dicen que trabajan por las mujeres. Es verdad que ahora se denuncia mucho más, algo que debemos celebrar, pero mientras siga habiendo tanto ignorante y fracasado maltratador en nuestro país las cosas seguirán igual. Muchos niños podrán quedarse huérfanos y, si aprenden bien lo que ven en casa, serán ellos los que se dediquen a pegar a sus mujeres o parejas (entre homosexuales también habrá este tipo de violencia) en el futuro. Así es, la realidad de muchas familias queda marcada por un inutil -en alguna ocasión "inutila"- que se cree el madamás, el poseedor que tiene derechos divinos sobre unas personas a las que dice "querer mucho". Fijaros si quiere tanto, por ejemplo a su mujer, que se dedican a matarla y después se suicida. ¿Acaso no ha pensado alguno en matarse a sí mismo antes que hacerlo a la otra persona?
Es un deber trabajar para que no vuelva a haber más muertes causadas por la violencia machista o, como llaman otros, de género. No es labor única y exclusiva de las administraciones regionales y estatales, tampoco sólo de los cuerpos de seguridad, sino que es un objetivo, el de la eliminación de esta violencia, de todos los ciudadanos. Hay que estar atentos, hay que estar vigilantes para evitar que más indeseables se crean con el poder de quitar la vida como si fueran pequeños dioses de estos tiempos tan extraños que nos toca vivir. Y es que, lógicamente, este odio viene en parte del residuo de ciertas creencias patriarcales que han estado presentes hasta hace muy poco tiempo. Hablamos pues, de un pensamiento de superiodidad que puede derivar en esta sinrazón que se ha llevado tantas vidas, tantas ilusiones y tantas infancias o adolescencias.
Hoy ha sido un día de esos de reivindicación que no ha sido tan popular como algunas macromanifestaciones. No decimos que estas últimas no tengan sentido de ser -¡los dioses varios me libren!- sino que por lo que llevan detrás hacen quedar otros actos en un segundo plano. Ahí no está únicamente el problema, sino en la poca concienciación cívica que existe. Todo se arregla en un simple "¡Qué pobre mujer!" tras ver la típica crónica de sucesos para después seguir con el filete de ternera a la hora de comer. Es ahí donde debe entrar un nuevo tratamiento por parte del mundo periodísitico para conseguir esa toma de conciencia tan necesaria.
Pongamos un ejemplo del nuevo enfoque periodísitico que se debe hacer para tratar, por ejemplo, la violencia doméstica, el fenómeno de la inmigración y las muertes de las carreteras. Imaginemos los primeros años de terrorismo durante la democracia en los que la lacra se mostraba de forma poco humana y alejada, dando lugar a que algunos aprovechados afirmaran que "algo habrían hecho". Pues bien, fue en el momento en el que se sacó la cara de los familiares que no podían enterrar a su ser querido de una forma digna cuando la sociedad empezó a ser consciente de la realidad ante la que nos encontrábamos. Ese es el camino que debemos seguir cuando hablemos de este tipo de violencia, no con el objetivo del morbo al más puro "El Diario de Patricia", sino del de hacer cercanos y patentes los resultados de unos actos inmersos en la más pura ignorancia.
España entera se ha dedicado a decir no a la cultura de la muerte de carácter machista o patriarcal. Son muchas las mujeres que nos han dejado. Precisamente estas deben ser los modelos en los que nos debemos basar para conseguir una nueva mentalidad entre una ciudadanía que se muestra demasiado pasiva. Ahí son los medios de comunicación y los profesionales que se dedican o que queremos dedicarnos a la labor de informar quienes debemos ser una vanguardia, la punta de lanza para atacar directamente en el corazón a la sinrazón.
Comentarios
Cuando toda la sociedad machista aprenda ver a las mujeres como a otro ser humano mas,habremos dado un paso de gigantes para la igualdad y el respeto mutuo.
Salud
¿Te has fijado que los agresores luego son unos cagados que van con la cara tapada al juzgado? ¿No se creen muy gallitos?